EE.UU. no vio la tierra prometida en Irak

En la reciente Feria de Negocios de Bagdad, la primera en seis años desde la invasión, los expositores del país ocupante brillaron por su ausencia. Las mejores ganancias en infraestructura y servicios son para las empresas de Irán, de Francia y aun de Brasil.

El último vestigio del triunfalismo de la administración republicana de George W. Bush por la invasión y ocupación de Irak se esfumó ante la ausencia de las grandes empresas estadounidenses en el primer evento de negocios en el país en seis años. La Feria de Comercio de Bagdad, cuyas instalaciones fueron destruidas por un bombardeo durante la guerra, reunió durante diez días a 392 empresas de 32 países, que ofrecieron desde servicios de reconstrucción hasta nuevos aeropuertos. “Hubo dos o tres participantes norteamericanos, pero no recuerdo sus nombres”, dijo Hashem Haten, director de una exposición que se montó por primera vez en 1964.

Irán, el archienemigo de Estados Unidos que desde el final de la guerra se ha convertido en uno de los principales inversionistas en Irak, envió representantes de 60 empresas. Otros expositores destacados fueron las 44 firmas turcas, las 40 francesas, y no menos de 21 llegadas desde Brasil. El país que gastó un billón de dólares, un inmenso capital político y las vidas de 4.362 soldados en el proceso de derrocar a Saddam Hussein y luego entregar la administración a un gobierno local estable, fue el gran ausente.

Las condiciones de seguridad en Irak mejoraron notablemente desde los momentos más duros del enfrentamiento intrarreligioso entre musulmanes sunitas y chiitas, en 2006. Aún así, las firmas estadounidenses no tienen las mejores perspectivas para instalarse, debido a los costos de la vigilancia y al antinorteamericanismo, un eco de la guerra que todavía no se disipa. Tanto es así que incluso las grandes proveedoras de armas para el gobierno del primer ministro Nuri Al Maliki tienen planes de retirarse cuando se vayan las últimas tropas estadounidenses, en 2011, según los planes del presidente Barack Obama.

Un ejemplo es Kellogg, Brown and Root. La empresa de ingeniería y construcción obtuvo contratos para edificar las bases estadounidenses en Irak, pero hasta la fecha no ha conseguido un solo acuerdo con el gobierno iraquí para hacerse cargo de esa infraestructura después de la retirada. De la misma forma, los contratos de Bechtel para el tratamiento de aguas en Irak datan de la primera tanda de negocios firmados bajo los planes iniciales de reconstrucción.

El futuro de Irak no es el que soñaron los planificadores civiles de la guerra, dentro del gobierno de George W. Bush, cuando ofrecían un exitoso proceso de reconstrucción pleno de oportunidades de negocios para las empresas estadounidenses, en paralelo con el avance de la democracia. Según la consultora Dunia Frontier, las importaciones de Irak saltaron de 25 mil millones de dólares en 2007 a 43 mil en 2008, pero sólo dos mil corresponden a compras a empresas de EE.UU.

Según afirma la consultora: “Tras la fase inicial de reconstrucción, dominada por Estados Unidos, sus inversiones privadas se han vuelto insignificantes”. Entre los nuevos beneficiarios, el primero es Emiratos Árabes Unidos, con 31 millardos invertidos en Irak en 2008, frente a 400 millones de empresas estadounidenses.

Un arsenal del Ejército ruso saltó por los aires en Ulianovsk

Al menos 43 militares empleados de un arsenal del Ejército ruso salvaron la vida al encerrarse en un refugio antes de que un incendio en las instalaciones causara una serie de explosiones en las que murieron dos bomberos. El alcalde de Ulianovsk, Serguei Morozov, relató que la onda expansiva de las detonaciones rompió los cristales de cientos de viviendas en torno al arsenal. Tres mil personas fueron evacuadas de la ciudad, a 900 kilómetros al este de Moscú, ante el rumor de que el depósito guardaba armas químicas. El Ministerio de Defensa descartó esa versión y dijo que no se trató de un atentado.

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