"La falsificación de la Historia o la versión de la CIA"

lunes, 16 de noviembre de 2009


Recientemente se reiteró la proyección por la televisión de un especial dedicado al Che Guevara y a su caída en combate el 8 de Octubre de 1967. El mismo había sido preparado por el devenido "historiador" Mario "Pacho" O'Donnell, ex funcionario menemista. En éste se plantea que el Che abandona Cuba para dirigirse a Bolivia por una "interna" con Fidel y la dirigencia cubana; que en el país trasandino fue prácticamente "abandonado", no cumpliendo el líder cubano Fidel Castro con lo pactado. Además se insiste en presentar al Che como un idealista, utópico, nada realista, crítico de la Unión Soviética y absolutamente desconocedor de lo que el autor de este informe plantea como las "reglas de la política" – "transar negociar, etc.", según sus propias palabras.

Esta versión reproduce la versión que fuera elaborada por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, inmediatamente después del asesinato del Che en Bolivia, que apuntaba a desprestigiar a Fidel y a empalidecer la imagen de Guevara para, de esta manera, restarle fuerza al movimiento revolucionario y anticolonialista que crecía en todos los países del Tercer Mundo.

Lo que conocí a través de compañeros con los que compartí la militancia política en los años 60 y mi propia experiencia personal, me permiten desmentir esta falsificación de la historia, que se contradice, además con la clara y completa biografía del Che, escrita por el mexicano Ignacio "Paco" Taibo.

En los primeros meses del año 1960 John William Cooke y su compañera Alicia Eguren, abandonaron el exilio que compartían con el General Perón en la República Dominicana y decidieron trasladarse a Cuba, que vivía desde el 1ro. de Enero de 1959 una experiencia revolucionaria única. En el aeropuerto de La Habana —y luego de sortear algunas dificultades que podrán ser motivo de otra nota— se encontraron con el Che que los trasladó hasta el departamento ,que ocuparon hasta su vuelta a la Argentina en 1964, en el Hotel Riviera.

De entrada se estableció una gran empatía entre los tres argentinos, que compartían ideales y pasión revolucionaria. En las largas conversaciones nocturnas el Che les manifestó que pese a que ocupaba importantes cargos en el Gobierno Revolucionario —Presidente del Banco de la República y luego Ministro de Industria— le había aclarado a Fidel y a los otros dirigentes cubanos que pensaba abandonar la Isla y participar de lleno en las luchas que se libraban en el Tercer Mundo, ya que entendía que la sobrevivencia de la Revolución Cubana, a sólo 90 millas del Imperio, dependía del crecimiento de los embrionarios proyectos revolucionarios.

Recordamos que en esos días se combatía en Vietnam y en Argelia, crecía el movimiento emancipador en el Medio Oriente, aparecían los primeros embriones de movimientos guerrilleros en Guatemala, Nicaragua, El Salvador, la República Dominica y Perú. Empezaban los combates en El Congo, Angola y el resto de las colonias portuguesas.

El Che imaginaba un escenario con un movimiento guerrillero que se extendiera en toda la precordillera de los Andes, desde las montañas de Tucumán hasta los cerros peruanos, pasando por Bolivia y enlazándose con la ya desarrollada guerrilla colombiana.

La invasión de Playa Girón pospone ,por unos meses, el proyecto de iniciar el reclutamiento de militantes de diferentes organizaciones argentinas, que suscribíamos el planteo de que sólo mediante la acción armada se derrotaría al imperialismo y se lograría construir una sociedad socialista.

Es en Septiembre de 1961 que, con pleno conocimiento de Fidel y de la dirigencia cubana, el Che y el "Bebe" Cooke le dan la tarea a Alicia, que se instala en Montevideo, de iniciar el reclutamiento de compañeros dispuestos a conformar un Frente de Liberación Nacional en la Argentina.

En Abril de 1962, y como parte de este proyecto, llegué a La Habana, junto con un compañero de nuestra organización que tenía asiento en la Provincia de Santa Fe, el "Gringo" Agnellini, un sastre que había pertenecido al Partido Comunista y se había separado con el grupo que liderara Rodolfo Puigross. Ya en tierra cubana nos unimos a compañeros de diferentes organizaciones —Palabra Obrera, socialistas, peronistas que habían participado en la Resistencia e independientes—.

Meses más tarde se produce la llamada "crisis de Octubre" originada por la decisión del Gobierno de Kennedy de invadir al primer país socialista de América con el argumento que los soviéticos, luego del fracaso de la intentona de Bahía de los Cochinos, habían instalado misiles con cabeza nuclear que apuntaban a las principales ciudades de los Estados Unidos.

Se vivían días de tensión. Nosotros fuimos destinados a un puesto de defensa cerca de La Habana del Este. La mayoría de los hombres en condiciones de combatir fueron movilizados, las mujeres cubanas encabezadas por Vilma Espín, la compañera de Raúl Castro, ocuparon los puestos en las unidades de producción, fábricas, centros de trabajo, etc. El Malecón dejó de ser el tranquilo paseo de esta ciudad, la "París del Caribe", como la describiera el poeta español Federico García Lorca, para ser ocupada por las famosas "cuatro bocas" o katiuskas desembarcadas por naves soviéticas y que apuntaban a los posibles agresores aéreos.

A su vez desde ese lugar se avistaban los navíos de la Flota norteamericana que bloqueaban a la pequeña nación caribeña y preparaban la invasión, que aparecía como inminente.

En este contexto el Primer Ministro soviético Nikita Kruschev que había impulsado la política de coexistencia pacífica con los Estados Unidos, usando el famoso teléfono rojo, le hizo saber al inquilino de la Casa Blanca que retiraría los misiles siempre que el gobierno estadounidense desistiera de su proyecto de invasión.

Esta decisión unilateral provocó reacciones fuertes por parte de Fidel y la dirigencia cubana. El Che, por su parte, insistía que esto no significaba que el Kremlin dejaba librada a su suerte a la Revolución Cubana; lo que en la práctica luego se confirmó, ya que la URSS siguió prestando asistencia y apoyo al Gobierno Revolucionario hasta su desaparición.

Nuestro proyecto —en realidad el del Che, Alicia y John— no prosperó por diferencias internas entre los diferentes grupos argentinos. El Che, por su lado persistió en su idea y con el periodista Jorge Ricardo Massetti, impulsó el EGP y su fracasada experiencia en Salta.

Hace algo más de cinco años en Cuba se editó el libro que contiene reflexiones y experiencias de diferentes generales cubanos que participaron en misiones internacionalistas. En el "Diario de los Generales" se describe el caso de un militar cubano que viaja a Salta clandestinamente y adquiere la quinta en la que se instalan los guerrilleros del Ejército Guerrillero del Pueblo – EGP.

Nada de eso se hizo sin conocimiento y apoyo de los máximos dirigentes cubanos que respaldaron todas las propuestas del Che; su viaje posterior al Congo y luego el intento de lanzar un gran movimiento revolucionario en la precordillera de los Andes, con epicentro en Bolivia, en una primera etapa.

En esos primeros años —1960 a 1962— Guevara depositó muchas esperanzas en los países hermanos del llamado "socialismo real", o socialismo realmente existente. Luego en varias visitas a la Unión Soviética y a los países del Este comparte una mirada crítica que trasmite a Fidel. Estas diferencias se expresan públicamente en varias ocasiones y en particular en su discurso en 1965 en Argel. En este exige a los países que se dicen socialistas, liquidar su "complicidad tácita con los países explotadores de Occidente"; práctica que se traducía en relaciones de intercambio desigual con los pueblos en lucha contra el imperialismo. Sin embargo reconocía que la URSS proveía petróleo a Cuba a un precio absolutamente favorable, comprando la producción de azúcar de este país.

En una carta que remite a su amigo Armando Hart (Ministro de Cultura cubano) critica duramente el "seguidismo ideológico" respecto a la edición en la Isla de manuales soviéticos para la enseñanza del marxismo, criterio que comparten Fernando Martínez Heredia, Aurelio Alonso y sus amigos del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, editores de la revista "Pensamiento Crítico". Señala Michael Lowy, autor del libro "El Pensamiento del Che Guevara", que éste llamaba a esos manuales "ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de que no te dejan pensar: El Partido ya lo hizo por ti y tu debes digerirlo".-

Muchas de estas críticas eran compartidas por Fidel, quien también consideraba necesario que el internacionalismo proletario dejara de ser una consigna para transformarse en una praxis concreta, aventando todo planteo chauvinista. Por eso reclaman mayor solidaridad concreta con Vietnam. Esta realidad destruye la versión de una "interna" en el seno de la dirigencia cubana, que por supuesto reconocía diferencias de posturas, admitiendo la diversidad.

Durante el año en que estuve en Cuba —1962 a 1963— presencié reuniones de Fidel y el Che, con Alicia y el "Bebe" Cooke, en aquél mítico departamento del Hortel construido por Al Capone, nacionalizado por el Gobierno Revolucionario en 1959. Se advertía el efecto que Fidel sentía por Guevara y el impacto que le causaban los proyectos de éste de generar en América Latina "Uno o más Vietnam".

Por su parte el Che no era un hombre que estaba "fuera de la realidad", como lo presenta el "especial" de O'Donnell, que comentamos. Durante su paso por el Banco de la República y el Ministerio de Industria, fue afinando su pensamiento dirigido a defender el criterio de planificación de los países socialistas, pero con un componente democrático. El Plan lo elabora el Pueblo. Recientemente han sido editados en Cuba los cuadernos inéditos del Che que contienen materiales desconocidos, con una carta a Fidel Castro de Abril de 1965 que sirve de prólogo. En esta edición se advierte la profundidad del pensamiento guevarista, que, como dice Martínez Heredia: "en estas reflexiones el Che señala problemas y caminos, exigiendo a sus compañeros que piensen, estudien y combinen la práctica con la teoría ..."

La versión de la CIA de las diferencias o internas, se desmienten además con el hecho de que después del asesinato del Che en Bolivia, Cuba cumplió importantes misiones internacionalistas que hicieron posible la derrota de las tropas sudafricanas que habían invadido Angola y el triunfo del MPLA en dicho país encabezado por Agostinho Neto; el triunfo del levantamiento militar que puso fin al régimen de Haille Selasie en Etiopía y la victoria de la Revolución Sandinista en Nicaragua, entre otros hechos que la verdadera Historia registrará.

La mentira reiterada —como señalaba Goering, el jerarca nazi—tiende a confundir y a opacar la verdad, por eso es preciso hacer estas aclaraciones.

Manuel Justo Gaggero es Docente de la cátedra "Pensamiento Político del Che", Director de la Revista "Diciembre 20" – Abogado yex director del Diario “El Mundo”.

argenpress.info

1 comentarios:

  1. Anónimo dijo...:

    Me Encanta todo pero, el era una persona fuera de la realidad por que nuestra realidad todos somos personas neuroticas que tienen conciencia pero no la suficiente conciencia.

    Para tener una ideologia tan humana y certera como la de el primero tendriamos que cambiar el capitalismo personal que hay en nosotro.

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