Ante la brutal represión, todos con los trabajadores de Terrabusi-Kraft

La feroz represión desatada, hoy viernes 25 de septiembre, en la planta de Terrabusi-Kraft de General Pacheco, exige una respuesta de lucha de todos los trabajadores, comisiones internas, cuerpos de delegados y organizaciones sindicales que mantienen firme los principios de dignidad e independencia de clase del movimiento obrero.

Esta represión sacó violentamente a la luz los componentes característicos que se presentan en el enfrentamiento obrero-patronal, cuando ya nada puede ocultar la verdadera naturaleza de los intereses en pugna: la prepotencia de la patronal imperialista, la complicidad de un sector de la justicia y el papel del aparato represivo, la actitud complaciente del Ministerio de Trabajo y la connivencia de la burocracia sindical con la empresa, todo esto en confrontación con el coraje y la voluntad de lucha de los trabajadores.

Terrabusi-Kraft provocó el conflicto al despedir a 162 trabajadores, entre ellos la Comisión Interna, varios integrantes del Cuerpo de Delegados y tres congresales del sindicato. En abierta complicidad con la empresa una fiscal-patronal del Partido de Tigre fabricó una causa penal contra la Comisión Interna y los delegados, pretendió intimidar a los trabajadores y ordenó una brutal represión. No sólo esto. El Ministerio de Trabajo no hizo nada cuando la patronal se negó a acatar la conciliación obligatoria, retrotrayendo la situación al momento anterior a los despidos, y nuevamente, cuando la autoridad laboral ordenó a la multinacional pagar en término de 24 horas los haberes mal liquidados en la última quincena y reunirse con los trabajadores. Mientras tanto la Unión Industrial clamaba por la defensa de la seguridad jurídica.

Todo esto era esperable. ¿Alguien podría asombrarse de que una patronal imperialista desconociera las leyes de un país al considera poco más que un dominio, o que las autoridades y la justicia de ese país convalidasen con su comportamiento esa creencia? ¿Pero que decir de la conducta de los dirigentes del sindicato y de la CGT. El secretario general de Sindicato de trabajadores de la Industria Alimenticia, Rodolfo Daer, se desentendió del asunto afirmando que el conflicto “se ha ideologizado” y se han producido “desbordes irreparables”. A su vez, el titular de la CGT, Hugo Moyano, descalificó a los delegados de la empresa acusándolos de ultraizquierdistas. Poderosas razones, como puede verse, para ponerse del lado de la patronal. Connivencia que ya había hecho evidente el propio Moyano cuando se puso del lado de la multinacional Techint en contra de las nacionalizaciones del gobierno venezolano. Nada de que asombrase: cada vez que la lucha de los trabajadores alcanza un grado creciente de autonomía, la burocracia sindical termina asociándose a la patronal y al Estado para reestablecer el control de la situación. Esto está bien claro: la democracia obrera y la independencia de clase constituyen las principales reivindicaciones del movimiento de los trabajadores.

La valiente lucha de los compañeros de Terrabusi-Kraft se inscribe en el horizonte que marcan esas reivindicaciones; señala el camino que ya recorren diversas corrientes de base que ha decidido salir a dar pelea para hacer valer las demandas de los trabajadores y el derecho a decidir democráticamente sobre su organización, en el marco de importantes batallas de resistencia contra toda forma de explotación, discriminación y dominación.

fuente: izquierdanacional.org