Honduras: se aleja la posibilidad de salida negociada

La posibilidad de una salida negociada esta cada vez más lejos tras los nuevos ataques a la embajada brasileña, donde está refugiado el depuesto presidente Manuel Zelaya, y el endurecimiento de la posición de intransigencia del gobierno de facto.

La situación de la embajada brasileña en Tegucigalpa, que desde el lunes se encuentra rodeada por decenas de policías y militares, fue este viernes tratada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que instó al régimen encabezado por Roberto Micheletti a "dejar de acosar" a la delegación diplomática.

El organismo, que trató el tema a pedido de Brasil, condenó los "actos de intimidación" contra la embajada, reclamó "respeto a la inviolabilidad" de la sede y a los otros privilegios garantizados por la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas.

Además, pidió que se garantice la seguridad de las personas que se encuentran allí, y advirtió que sigue "muy atento a la situación" en el país.

Los miembros del consejo "instan al gobierno de facto en Honduras a cesar sus hostigamiento" contra la embajada y "a ofrecer todos los servicios públicos necesarios como agua, electricidad, alimentos y comunicaciones", indicó este viernes la representante estadounidense ante la ONU, Susan Rice, según reportó la agencia de noticias ANSA.

Alrededor de la misión diplomática, permanece "una amenaza muy seria" de posible "violación al derecho internacional", definió por su parte el embajador de Costa Rica ante la ONU, Jorge Urbina.

Zelaya volvió denunciar que la embajada sigue siendo blanco de ataques sónicos y con gases, que el ambiente se siente raro y pesado, y que desde la este viernes por la mañana algunas personas en el lugar tuvieron náuses y malestares, según indicó las agencias de noticias ANSA y DPA.

El mandatario indicó que un médico al que identificó como Mauricio Castellano envió por vía telefónica resultados de análisis que realizó sobre el aire del lugar, que indican hallazgo de ácido cianhídrico presente en una concentración de 100 a 200 partes por millón, lo que produce vértigo, náuseas, vómitos, dolores abdominales, cefalea, sangrado nasal y dificultades respiratorias.

Esta situación fue confirmada a la agencia de noticias estatal Brasil por dos funcionarios de la embajada que permanecen con el presidente Zelaya.

El representante de la embajada, José Wilson, informó que en el edificio "hay personas expulsando sangre por la nariz y por la orina por efecto del gas", mientras el cónsul brasileño, Francisco Catunda, indicó que la Cruz Roja fue llamada para atender a los afectados dentro del predio pero no pudieron entrar.

La denuncia fue desmentida por el gobierno de facto en un comunicado que explica que "lo único que hay en este momento en esa zona es un operativo de limpieza que realiza la Alcaldía Municipal del Distrito Central".

"Los trabajos de limpieza se hacen normalmente, pero en estos días se ha tenido que redoblar el personal debido a la presencia de seguidores de Zelaya, como también de las personas que llegan a visitarlo", apuntó el comunicado oficial.

Según Zelaya, este episodio aleja las posibilidades de diálogo con el gobierno golpista que se habían abierto este jueves a partir de gestiones realizadas por los cuatro candidatos presidenciales a los comicios del 29 de noviembre y por la Iglesia católica.

"Como estas personas no respetan los derechos humanos, el diálogo se deteriora. Es muy difícil conversar con ellas", definió el jefe de Estado depuesto el 28 de junio.

La misma evaluación hizo este viernes el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, quien había sido aceptado por el gobierno de facto para viajar a Tegucigalpa en una misión negociadora propuesta por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter.

"Las cosas están mal", sostuvo Arias, quien dijo tener información de que el gobierno de Micheletti podría negar su entrada a Honduras y la de los cancilleres de la OEA que preparaban otra misión.

"Las noticias cambian todos los días", dijo Arias, el primero en mediar entre Micheletti y Zelaya, y menor del Acuerdo de San José, que el gobierno de facto se niega a aceptar por exigir, entre otros puntos, la restitución del mandatario constitucional.

El Premio Nobel de la Paz consideró que los cancilleres "pueden sentarse a negociar de nuevo pero no se ha movido ni una pulgada" el régimen de Micheletti desde comienzos de julio cuando Arias comenzó a mediar en San José.

Arias ponderó la iniciativa de los candidatos presidenciales de procurar el diálogo, pero evaluó que "todavía no hay ninguna posibilidad de que el gobierno de facto admita la restitución de Zelaya antes de las elecciones".

Al respecto, el gobierno brasileño insistió este viernes con que la reinstalación de Zelaya en su cargo es una condición innegociable para solucionar la crisis hondureña. La jefa de la Casa Civil y candidata presidencial oficialista brasileña, Dilma Rousseff, aseveró este viernes en diálogo con corresponsales extranjeros que Brasil "no negocia ciertos principios, como la democracia, que no puede ser negociada, al igual que los derechos humanos. No se puede decir que si la dictadura es menos dictadura nosotros aceptemos la dictadura".

"No creo que la ONU, Estados Unidos, la OEA, cualquier otro país latinoamericano o Estados Unidos respondan que van a negociar la no ida de Zelaya para su situación de presidente constitucional, elegido, porque sería una posición esdrújula, extraña", precisó.

En tanto, el presidente Luiz Lula Da Silva, acordó con el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aunar esfuerzos para encontar alternativas a la crisis en Honduras, según informaron fuentes oficiales que acompañan al mandatario brasileño en su gira por Estados Unidos, citadas por ANSA.

Rodríguez Zapatero fue el impulsor el miércoles de una reunión entre las delegaciones de España, Brasil, Costa Rica y Honduras, para relanzar las negociaciones, que derivó en la decisión de los países de la Unión Europea y de la OEA de reinstalar a sus embajadores en Tegucigalpa para facilitar el diálogo.

En tanto el canciller español Miguel Angel Moratinos informó que su gobierno realiza "consultas informales con personalidades" políticas y sociales hondureñas a fin de facilitar el diálogo entre las partes.

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