La dictadura militar y la ignorancia

sábado, 19 de diciembre de 2009


La censura y quema de libros durante la dictadura militar
Cultura - Historia
Martes, 22 de Abril de 2008 07:02

"Allí donde se comienza quemando libros,
se termina quemando hombres"
(Heinrich Heine)

Quema de libros:

por Fernando Ruffa en ANRED
Además del secuestro y la desaparición sistemática de los luchadores sociales y de la consolidación de las bases del plan económico de Martínez de Hoz, la última dictadura militar también llevó adelante una clara política de desaparición y sustitución de buena parte de la producción literaria de la época. "Primero había una evaluación política del libro, y luego venía la censura, que era una herramienta de control político en manos del Estado. No había ninguna improvisación, ningún capricho. Sabían muy bien lo que hacían", cuenta el investigador Hernán Invernizzi.

Biblioclastas: genocidas culturales

El término genérico (y poco conocido) que se utiliza para denominar a los quemadores de libros es el de "biblioclastas", y los hubo a lo largo de toda la historia, en toda tiranía y dictadura que hubiera. Los bibloclastas eliminan la evidencia de una historia, un pasado, un pensamiento; y esto equivale a la eliminación, casi en efecto, de una población.

Generalmente, cuando se habla de la última dictadura militar se la asocia casi únicamente con la represión física y el plan sistemático de desaparición y aniquilamiento ejercida por el gobierno militar sobre los luchadores del campo popular, y con la aplicación de las bases económicas que instalaron al neoliberalismo en Argentina.

Pero el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" también tuvo entre sus objetivos la desaparición y quema de una gran cantidad de libros cuyos contenidos eran catalogados de "subversivos", llevando a cabo así otro tipo de genocidio: el genocidio cultural. Quizás porque sabían que, como dice León Gieco en su inolvidable "Hombres de Hierro", "hombres que avanzan se pueden matar / pero los pensamientos quedarán". Y los libros son herramientas fundamentales para transmitirlos, en su capacidad multiplicadora.

El gobierno militar destinó muchos recursos para la conformación de una increíble infraestructura destinada a esa tarea. "La censura y el control cultural no solamente estaban centralizados, sino que estaban muy claramente centralizados en el Ministerio del Interior, que fue el gran controlador de la cultura en la Argentina, donde funcionaba la Dirección Nacional de Publicaciones. Este edificio, que aún hoy está en la calle Moreno 711, en el cruce de Moreno y Diagonal, es un gran edificio. Si hoy lo miramos desde afuera nos vamos a dar cuenta del pedazo de infraestructura que había dedicado a esto, y no era la única unidad dedicada a esta tarea", señala el investigador Hernán Invernizzi, quien junto a Judith Gociol escribió "Un golpe a los libros" (editado por EUDEBA en el 2002), que aborda este tema.

El mito de los "militares tontos"

Una idea muy generalizada hoy en la sociedad es que los militares eran todos brutos y que las censuras que accionaban con los libros respondían a la ignorancia o caprichos de un sargento ignorante o un comisario tonto. Este mito se originó por el hecho de que algunos libros fueron prohibidos por malas interpretaciones de sus títulos, como fue el caso de "La cuba electrolítica" (libro de física), censurado porque contenía la palabra "cuba" en su título ("cuba": recipiente rectangular para operaciones químicas), o el caso de "Cinco Dedos", que era un libro infantil escrito en la Alemania Occidental, en donde una mano verde persigue a los dedos de una roja que, para defenderse y vencer, se une y forma un puño colorado. Por esta última obra estuvo detenido 127 días a "disposición del Poder Ejecutivo Nacional" el director de Ediciones de la Flor, Daniel Divinsky, junto al editor Kuki Miler.

Aunque, ¿por qué no pensarlo también como una política general de terror que quería mostrar al gobierno militar como una banda de locos que podía reprimir a cualquier intelectual o editorial, aunque no sea militante, como el caso de Ediciones de la Flor, que era, cuanto mucho, una editorial "progresista"?

Podemos pensar que el terror funciona cuando no queda claro cual es el código o criterio con el cual funciona. Si parece que la represión es aleatoria, entonces nos aterrorizamos todos y nos paralizamos. Con la cultura parece que operaban en este sentido: hacían un control sistemático, y tomaban decisiones políticas, para producir también sobre la cultura un efecto generalizado del terror.

Para Invernizzi, esos casos que parecían responder a la ignorancia, capricho o paranoia de los censores militares, sólo fueron hechos aislados que no respondían a la regla general, y que hacen al folclore y no a la parte más importante del tema: "El funcionamiento de la censura era extremadamente simple, eficiente y prolijo. El criterio era: no se censura porque sí; porque fulano cae mal o porque es zurdo, porque es comunista o peronista combativo. Detrás de todo acto de censura de libros había una investigación del libro. Muchas de esas investigaciones las encontramos. A veces el informe sobre el libro son tres carillas, y a veces hasta cuarenta. Esos informes eran escritos por intelectuales, por profesionales, profesores de letras, abogados, sociólogos, antropólogos. Gente inteligente, capaz y preparada. Y más de uno de estos estudios los sorprendería porque es más que aceptable el nivel intelectual. Es más: en líneas generales, deberíamos decir que tenían razón en lo que decían, no se equivocaban. Desde el punto de vista de los intereses de clase de la dictadura y de su proyecto ideológico, los libros que ellos identificaban como "peligrosos" o como representantes del pensamiento crítico, por decirlo de alguna manera, estaban correctamente identificados, no se equivocaban. Entonces, después, estos informes iban a la Dirección General de Publicaciones, en donde se tomaba la decisión política. Ellos discriminaban entre el análisis y qué hacer con el análisis. Discriminaban entre el conocimiento y el uso político del conocimiento. Primero había una evaluación política del libro, y luego venía la censura, que era una herramienta de control político en manos del estado. No había ninguna improvisación, ningún capricho. Sabían muy bien lo que hacían."

Y toda esta política no estaba destinada sólo a censurar y destruir una parte de la producción literaria argentina y extranjera que los militares consideraban como "subversiva", sino también a tratar que "llenar" ese hueco cultural con producciones orientadas hacia su proyecto de sociedad basada en la premisa "estado, religión y familia". "La dictadura tuvo una política cultural basada en un plan sistemático de persecución a cierto tipo de cultura, y de "sustitución" de un tipo de cultura por otro. - continúa el investigador Invernizzi - Hay documentos de la represión ilegal, algunos de los cuales zafaron de la destrucción, que explicaban cómo censurar, cómo controlar, cómo prohibir, y también cómo elaborar y desarrollar una política de sustitución cultural. Y a veces, cuando la cúpula militar se daba cuenta que sus asesores o censores intelectuales se pasaban de mambo por derecha, se rectificaban, pero para modernizar su técnica de represión cultural."

"Cuidando" a los niños

Uno de los focos en donde el gobierno de facto puso más atención fue en los libros escolares e infantiles, ya que sentían que su obligación moral era preservar a la niñez de aquellos libros que -a su entender- ponían en cuestión valores sagrados como la familia, la religión o la patria. Gran parte de ese control era ejercido a través de la escuela.

Para ello, el gobierno militar crea una comisión de censura previa, y empieza a hacer circular públicamente documentos. En 1977, el Ministerio de Cultura y Educación publica la circular "Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)", que informaba lo siguiente:

"(...) 3. NIVELES PREESCOLAR Y PRIMARIO

a. El accionar subversivo se desarrolla a través de maestros ideológicamente captados que inciden sobre las mentes de los pequeños alumnos, fomentando el desarrollo de ideas o conductas rebeldes, aptas para la acción que se desarrollará en niveles superiores.

b. La comunicación se realiza en forma directa, a través de charlas informales y mediante la lectura y comentario de cuentos tendenciosos editados para tal fin. En este sentido se ha advertido en los últimos tiempos una notoria ofensiva marxista en el área de la literatura infantil. (…)"

Asimismo, el gobierno militar, con la firma del jefe del Estado Mayor del Ejército, Roberto Viola, pone a circular las instrucciones de la "Operación Claridad", orientadas a detectar y secuestrar bibliografía considerada "marxista" e identificar a los docentes que aconsejaban "libros subversivos". Las indicaciones incluían tener en cuenta los siguientes datos:

"(1) Título del texto y la editorial, (2) Materia y curso en el cual se lo utiliza, (3) Establecimiento educativo en el que se lo detectó , (4) Docente que lo impuso o aconsejó, (5) De ser posible se agregará un ejemplar del texto. Caso contrario, fotocopias de algunas páginas, en las que se evidencie su carácter subversivo, (6) Cantidad aproximada de alumnos que lo emplean, (7) Todo otro aspecto que se considere de interés."

Es muy dificultoso hacer hoy una lista de libros prohibidos, porque hubo censuras parciales. Había libros que estaban prohibidos en una zona del país y en otra no. Por ejemplo, la resolución N° 480 del Ministerio de Cultura y Educación de Córdoba prohibió en su momento "La torre de cubos", de Laura Devetach, con el argumento de que de su análisis se desprendían "graves falencias tales como simbología confusa, cuestionamientos ideológicos-sociales, objetivos no adecuados al hecho estético, ilimitada fantasía, carencia de estímulos espirituales y trascendentes (…) Critica la organización del trabajo, la propiedad privada y el principio de autoridad". Luego, más tarde, su prohibición alcanzaría nivel nacional.

Otro de los casos más recordados fue el del libro "Un elefante ocupa mucho espacio", de la escritora Elsa Bornemann, en el que relataba una huelga de animales, que fue prohibida por un decreto el 13 de octubre de 1977, que incluía también a "El nacimiento, los niños y el amor, de Agnés Rosenstiehl, y que fue prohibido porque consideraban que el título y el contenido eran demasiado sugerentes para la niños. El decreto militar señalaba que "en ambos casos se trata de cuentos destinados al público infantil, con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo (...) De su análisis surge una posición que agravia a la moral, a la Iglesia, a la familia, al ser humano y a la sociedad que éste compone."

Libros ardiendo

El destino final de muchos libros prohibidos era, entonces, arder en un pozo, en una hoguera común. Aunque hubo muchos otros casos, la quema de libros más grande de la dictadura argentina, o sea, la paradigmática, fue la que sufrió el Centro Editor de América Latina, que había fundado Boris Spivacow. El 30 de agosto de 1980 la policía bonaerense quemó en un baldío de Sarandí un millón y medio de ejemplares del sello, retirados de los depósitos por orden del juez federal de La Plata, Héctor Gustavo de la Serna.

"Los libros del depósito de Sarandí ardieron durante tres días, algunos habían estado apilados y se habían humedecido, así que no prendían bien. La colección en la que yo colaboraba, Nueva Enciclopedia del Mundo Joven, fue quemada íntegra. Me acuerdo de que en uno de los fascículos, de historia del feudalismo, había un príncipe que no se terminaba de quemar. El pobrecito era un príncipe medio afeminado y lleno de flores que se resistía a la hoguera", cuenta la escritora Graciela Cabal, que en esa época era la secretaria de redacción de esa enciclopedia.

Ardieron así, en esa como en otras quemas, infinidad de libros de diversos autores de todo tipo, como Trotsky, Ernesto "Che" Guevara, Marx, Fidel Castro, Perón, Mao Tsé Tung, Enrique Medina, Blas Matamorro, Griselda Gambaro, entre muchos otros.

"Hasta el 76' la literatura argentina era best seller. Luego, se vuelve sospechosa. Además, los escritores dejan de escribir sobre la realidad. Y cuando vuelve la democracia, nunca fue posible reestablecer esa relación entre literatura argentina y público. Y hoy el marketing quema más que el fuego. Los 90' completaron el proyecto que se quería imponer en los 70'", analiza, apenada la escritora Ana María Shua.

Quizás pensando en lo que el mercado ofrece hoy al "público lector argentino" como "literatura": autoayuda, ayuda espiritual, religiones new age y ocultismo, que obviamente no tienen nada que ver con aquella vieja palabra que usaban los militares para definir la literatura digna de ser controlada: la "subversiva".

En este sentido, nunca viene mal devolver al término su verdadero sentido. "Subversivo": adj. Capaz de subvertir. Subvertir: tr. Trastornar, revolver, alterar un estado de cosas dado, especialmente en sentido moral. ¿No suena parecido a querer cambiar el mundo?

Algunas cosas que pasaron durante el mayor acto de traicion a la patria de la historia de la Argentina, porque eso es lo que fue la dictadura, no solo un genocidio, una brutalidad fue una TRAICION A LA PATRIA, UNA ENTREGA DEL PAIS A ESTADOS UNIDOS E INGLATERRA (Esto para los pseudo patriotas que hay en todos lados)

Susana Bermejillo era profesora de Literatura y tenía 25 años. La joven vivía en la calle O´Higgins de Godoy Cruz, cuando fue secuestrada por al menos cinco hombres que iban a bordo de dos autos, un Ford Falcon y un Peugeot 404. Luego de secuestrarla, la ejecutaron junto a un estudiante de 27 años (Mario Jorge Susso).

El hecho sucedió unos días antes del Golpe de Estado, luego se comprobaría que las fueron las mismas fuerzas de seguridad las que asesinaron a tanto a Bermejillo como a Susso.

El diario centenario de Mendoza titulaba con esta noticia la edición del 23 de marzo de 1976. Un día después las Fuerzas Armadas derrocarían a María Estela de Perón.

El viejo diario Mendoza en su edición del 24 de marzo de 1976 titulaba "Inminente Golpe de Estado", sin embargo, a la hora que la gente leía esa edición, las Fuerzas Armadas ya habían tomado el Gobierno.

Los diarios nacionales también hacían referencia a la inminencia del Golpe de Estado. Se acercaba una nueva suspensión del régimen democrático e iba a asumir un gobierno de Facto.

Finalmente el 24 de marzo, se produce el Golpe durante la madrugada. La presidenta es arrestada y el Gobierno es asumido por una Junta formada por un representante de cada una de las fuerzas: General Jorge Rafael Videla, Almirante Emilio Massera y el Brigadier Orlado Agosti.

El 29 de marzo, cinco días después de tomar el poder, Jorge Rafael Videla jura como Presidente de la Nación, puesto en el que se mantendría hasta 1981.

Durante su Gobierno se produjo la mayor cantidad de secuestros y desapariciones en Argentina. También se produjo el conflicto por el Canal de Beagle en el que Argentina estuvo a punto de ir a una guerra en contra de la Chile que tenía como Presidente al dictador Augusto Pinochet.

En 1978 también fue el mandatario durante la realización del mundial 1978. En la final del torneo, el equipo subcampeón, Holanda, se negó a saludarlo.

Numerosos libros fueron prohibidos durante la dictadura, muchos de ellos resultaron quemados en grandes pilas que juntaban las Fuerzas Armadas de libros provenientes de casas y bibliotecas. A las obras incendiadas se las consideraba material subversivo.

Tapa del libro "La noche de los Lápices". El 16 de septiembre de 1976 fueron secuestrados de sus domicilios los estudiantes secundarios Claudio de Acha (17 años), Claudia Falcone (16 años), Horacio Ungaro (17 años), Daniel Alberto Racero (18 años), María Clara Ciocchini (18 años) y Francisco López Muntaner (16 años). El martes 21, secuestraron a Pablo Díaz, de 18 años. Todos fueron torturados. Salvo Díaz, el resto aún continúa desaparecido. El grupo de estudiantes participaba de un reclamo por el boleto estudiantil en La Plata.

El 27 de enero de 1977, la joven sueca Dagmar Hagelin es secuestrada en la localidad bonaerense de Palomar por un grupo de tareas de la Marina de Guerra dirigida por el teniente de fragata Alfredo Astíz. La joven nunca apareció con vida.

El 24 de marzo Rodolfo Walsh escribe su famosa Carta Abierta a las Juntas Militares, sabiendo que eso le costaría la vida. La envía a distintos medios de comunicación pero ninguno la publica. Un día después se convierte en otro desaparecido más luego de ser sorprendido por un grupo de tareas de la ESMA. El escritor y periodista se encontraba armada, se resistió y fue herido de muerte. Según otros detenidos, el cuerpo del autor de "Operación Masacre" les fue exhibido por el personal de la ESMA.

Una de las grandes historietas argentinas para mucho, fue "El Eternauta". Su dibujante Germán Oesterheald desapareció el 27 de abril de 1977 junto a sus cuatro hijas: Diana (21), Beatríz (19), Estela (25) y Marina (18). Nunca más se lo volvió a ver. Se cree que su desaparición se debió al alto compromiso político que poseía la última parte de "El Eternauta", entre otras cosas.

El 30 de abril de 1977, un grupo de madres se reúne alrededor del obelisco de la Plaza de Mayo. La historia dice que comienzan a marchar porque se encontraba prohibido hacer reuniones, entonces en grupos de dos marchan alrededor de la pirámide. Las Fuerzas Armadas las bautizaron "Las locas de la plaza" y las grandes autoridades episcopales se negaron a recibirlas durante años, sin embargo fueron las mayores opositoras al régimen militar y sufrieron la desaparición de varias de ellas, entre las que se cuenta Azucena Villaflor, fundadora del grupo que fue secuestrada el 10 de diciembre de 1977.

En 1978 aparece la revista Humor en Argentina. Sus ediciones se diferenciaban del resto de los medios ya que con un humor satírico se convirtieron en el medio más crítico hacia la dictadura.

En un principio los militares no vieron en sus chistes una posibilidad de que se viera afectado el régimen, sin embargo, con el tiempo se dieron cuenta que estaban equivocados y procedieron a secuestrar varios números.

El 08 de enero de 1979 las dictaduras de Argentina y Chile firman finalmente un acuerdo de compromiso de paz por el cual ponen fin al conflicto bilateral por el canal de Beagle.

La solución al conflicto tuvo que llegar a través de una mediación papal y su punto cumbre fue un año antes cuando los dos países estuvieron a punto de enfrentarse.


El 06 de septiembre de 1979, arriba a la Argentina la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Las Fuerzas Armadas los reciben con una fuerte campaña publicitaria encabezada bajo el lema de "Los argentinos somos derechos y humanos". Por espacio de dos semanas se entrevistan con personalidades de la política, la cultura nacional y miembros del gobierno. Paralelamente, reciben numerosas denuncias por violaciones a los derechos humanos realizadas por las familias de los desaparecidos que esperan durante horas en la puerta de la entidad.

En su estadía los miembros de la Comisión visitaron las instalaciones de la ESMA pero ésta había sido totalmente modificada en sus instalaciones y los secuestrados habían sido trasladados una isla ubicada en el Tigre: "El silencio".

El fin de año de 1979 trae consigo la noticia de que se encuentran, en Sudamérica, dos niños apropiados por la dictadura. Se trata de dos hermanitos encontrados en San Pablo (Brasil). Anatole y Victoria fueron secuestrados junto a sus padres el 26 de septiembre de 1976, en San Martín (Provincia de Buenos Aires). Anatole tenía entonces 3 años y Victoria, 1 año. Primeramente son localizados en Chile, habían sido adoptados por una familia luego de que se los encontrara abandonados en Valparaíso. Hoy viven con su familia adoptiva pero mantienen permanente contacto con sus parientes biológicos. Sus padres se encuentran desaparecidos.

El 19 de marzo de 1980 las Abuelas de Plaza de Mayo hallan a sus dos primeras nietas. La historia de las pequeñas comienza cuando en octubre de 1977 su madre Mirta, su padre Alberto Jotar y sus hijas, son secuestradas por fuerzas conjuntas. Las niñas, abandonadas por las fuerzas de seguridad en la calle, deambularon por diferentes asilos hasta que Tatiana ingresó a un instituto en Villa Elisa y Laura Malena a la Casa Cuna de La Plata. Fueron adoptadas de buena fe por un matrimonio inscripto en el Juzgado de Menores Nº 2 de San Martín. Primero les fue entregada la beba, a la que llamaron Mara. Pero al saber que tenía una hermana mayor, solicitaron su adopción para no separarlas. El 20 de marzo de 1978 se les otorgó la guarda definitiva. Una vez encontradas por las abuelas e identificadas por la madre de Alberto las pequeñas se quedaron con su familia adoptiva aunque ésta con su familia biológica terminaron formando una sola familia.

El 10 de diciembre de 1980 la comunidad internacional vuelve a herir a la dictadura militar y le entrega el premio Nobel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel quien había sido secuestrado y torturado por las Fuerzas de Seguridad.

El 29 de marzo de 1981 deja el cargo de Presidente Jorge Rafael Videla y asume el general Roberto Viola que sólo se mantuvo en el cargo por poco menos de 9 meses. Un agudo cuadro de hipertensión arterial lo obligó a delegar el mando el 21 de noviembre en el Ministro del Interior Horacio Liendo. A pesar de que los partes médicos hablan de una mejoría, las divisiones en el propio seno de las Fuerzas Armadas sella su suerte y es reemplazado por el General Leopoldo Fortunato Galtieri en diciembre de ese año.

El 30 de marzo de 1982 una huelga masiva organizada por la CGT paraliza el país, en Mendoza el reclamo y los disturbios que se sucedieron por la represión se cobra la vida de un obrero. El gobierno de Galtieri parecía desmoronarse en medio de la impopularidad de la dictadura.

En Buenos Aires, la Plaza de Mayo era el escenario de reunión que congregaba a miles de personas pidiendo por la salida de Galtieri del poder.

El 02 de abril de 1982 los diarios anuncian que las Islas Malvinas han sido recuperadas. El Gobierno busca dar un golpe de efecto entre la sociedad, y a pesar de "ocupar las islas para negociar”, el estallido entusiasta de la gente los lleva a “ocupar para combatir”. Apoyan su decisión en dos errores: creen que los Estados Unidos serán prescindentes en el conflicto y están seguros de que Gran Bretaña no reaccionará bélicamente. Al día siguiente del desembarco Margaret Thatcher anuncia el envío a las islas de una poderosa flota.

Tapa de la revista Gente de mayo de 1982 con el título "ESTAMOS GANANDO". Gente, junto a otros medios, fue parte de la propaganda de triunfo que implementaron los militares con ayuda de algunos periodistas. Mientras que en Argentina las noticias hablaban de una victoria del ejército argentino, los medios europeos decían totalmente lo contrario.

El 14 de junio de 1982, el comandante Mario Benjamín Menéndez se rinde incondicionalmente en Puerto Stanley. Ya el 25 de abril, Alfredo Astíz se había rendido en las Islas Georgias sin disparar ni un sólo tiro. Incluso en Londres se vieron sorprendidos por la actitud del militar argentino. La guerra le costaría a la Argentina más de mil vidas a lo largo de los años, entre los caídos en combate y los ex combatientes que se suicidaron una vez finalizado el conflicto.

El 01 de julio, el general Leopoldo Galtieri es reemplazado por Reynaldo Bignone. La derrota en Malvinas había herido de muerte el gobierno militar y principalmente a Galtieri. Bignone asume con dos misiones: la primera, dictar una autoamnistía; la segunda, llamar a elecciones.

En la foto aparece Leopoldo Galtieri.

El 17 de noviembre de 1982, con Reynaldo Bignone de presidente de Facto, el entonces presidente del Banco Central Domingo Cavallo transfiere al Estado las deudas en dólares de las empresas. Con la operación se verifican vaciamientos de bancos que crean empresas fantasmas para canalizar los fondos que reciben del público a través de supuestos préstamos. La deuda externa no paraba de aumentar y al finalizar la dictadura se habría triplicado con respecto a marzo de 1976.

Ante la negativa a ser recibidas por los máximos representantes del Episcopado argentino, las Madres de Plaza de Mayo sacan una solicitada a través de los diarios en la que hacían un resumen de las de las gestiones hechas por la organización a través de los años y las respuestas brindas por los obispos.

La solicitada finalizaba con la frase: "Aparición con vida, si esto no ocurriera: ¿el Episcopado podría avalar un genocidio?

El 22 de septiembre de 1983, el general Bignone dicta la autoamnistía para las Fuerzas Armadas. Al mismo tiempo da por muertos a los desaparecidos y se somete al "Juicio de Dios".

El 30 de octubre de 1983, después de siete años de dictadura militar, las urnas se vuelven a abrir para un nuevo sufragio electoral. El vencedor resulta ser el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín quien asumiría el 10 de diciembre del mismo año y que entre sus primeras medidas decreta la realización de Juicios contra el ERP, Montoneros y las Juntas. Las Madres de Plaza de Mayo consideran insuficiente la decisión.

Antes de finalizar el año 1983, se crearía la CONADEP, organismo encargado de recolectar e investigar las desapariciones y los secuestros cometidos por las Fuerzas Armadas, se anularía la ley de autoamnistía y 13 nietos más serían recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo.

Actualmente son aproximadamente 90 los nietos encontrados por las Abuelas de Plaza de Mayo.

Que cosas estaban prohibidas durante la dictadura?, bueno todo lo relacionado con la EDUCACION Y EL PENSAR.
Todo lo que pudiera hacer mas INTELECTUAL al pueblo argentino, todo eso se prohibió:

Algunos ejemplos:

Las prohibiciones artísticas funcionaban en forma de "listas negras"; quienes figuraran ahí no podían publicar sus escritos, grabar discos (cuando se les permitía, esos discos y libros se caratulaban como "de exhibición limitada", cosa que terminaba impidiendo su venta). Uno de esos autores incluidos en las listas negras (que eran públicas) fue Antoine de Saint-Exupéry, de ahí que fuera difícil, aunque no imposible, conseguir sus libros. Otros artistas incluidos fueron Víctor Heredia, Mercedes Sosa, Jorge Cafrune (que fue acusado de comunista, aunque no lo era).

En Córdoba se prohibió la enseñanza de las matemáticas modernas (en especial la teoría de conjuntos), porque el general Menéndez las consideraba "subversivas".

El pelo largo en general era mal visto; si uno caía en una razzia y tenía el pelo largo, lo "pasaban por la cero" (una máquina para cortar el pelo bien al ras).

No tener documentos en la calle era una garantía de ir preso y posiblemente de ser torturado con picana o con algo peor.

Como la Constitución Nacional fue reemplazada por unas "Actas del Proceso", de modo que todos los derechos y garantías constitucionales fueron limitados o suprimidos, como el de reunión pública que quedó limitado a no más de tres personas; un grupo de cuatro personas en la calle ya era motivo para un detención.

Las razzias policiales (con intervención de personal militar) eran frecuentes; consistían en levantar por la calle gente al azar (casi siempre ocurría los sábados a la noche) y llevarlas a una comisaría para que pasaran la noche ahí (como forma de intimidación, se obligaba a la gente a sentarse en el suelo sin poder recostarse; quien lo hacía o quien se dormía corría el riesgo de ser "interrogado", cosa que solía incluir torturas físicas y psicológicas, hasta similacros de fusilamiento).

Estaba absolutamente prohibido hablar sobre el comunismo, aun en sus aspectos teóricos o históricos; esto llevó a que profesores y estudiantes de Filosofía y Letras no pudieran siquiera mencionar a Marx. (Saltear a Marx en la historia de la Filosofía es muy difícil.)

Estaba prohibida toda actividad política y toda reunión partidaria (los partidos políticos fueron disueltos el 24 de marzo de 1976); aunque no había penas establecidas para quienes transgredieran esa prohibición, no era imposible que esas personas terminaran desaparecidas.

Los derechos de los trabajadores (Art. 14 bis de la Constitución Argentina) fueron expresamente suspendidos.

La actividad sindical fue prohibida; los sindicalistas fueron perseguidos.

Se suspendió la vigencia del Estatuto Docente.

La Corte Suprema de Justicia fue destituida; los jueces del Proceso tenían explicitamente prohibido dar lugar a recursos de amparo o hábeas corpus.

Toda escena de sexo estaba prohibida en el cine, por ingenua que fuera; el famoso censor Néstor Paulino Tato revisaba fotograma por fotograma y tiraba películas enteras a la basura (cosa que le convenía mucho a Uruguay, ya que los argentinos se iban a ver a Montevideo las películas que no podían ver aquí). Una curiosidad: se supo mucho después que Tato (que sabía muchísmo sobre cine y que admiraba a muchos directores que él mismo censuraba) usó muchas veces su poder para ayudar a que familiares de desaparecidos supieran dónde estaban detenidos cuando estaban con vida; también ayudó voluntariamente a liberar alrededor de veinte personas desaparecidas.

Canciones prohibidas por la dictadura:

El Gobierno argentino divulgó por primera vez una lista de canciones que fueron prohibidas durante la última dictadura militar, donde figuran temas de Eric Clapton, Pink Floyd, Queen y Alberto Cortez, entre otros. "Nunca nadie se había ocupado del tema de manera institucional. Para nosotros tiene una relevancia cultural, política y social. Busca abrir archivos que hasta ahora habían sido vedados", sostuvo el titular del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), Gabriel Mariotto, en declaraciones publicadas hoy por el diario Crítica.

La lista, que está disponible en la página web del Comfer, está compuesta por unas 150 canciones cuyas letras se consideraban "no aptas para ser difundidas por los servicios de radiodifusión".

Entre los temas prohibidos hay los de artistas argentinos como León Gieco, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Cacho Castaña, Horacio Guarany y Ramón Palito Ortega, quien en la década pasada fue gobernador de la provincia de Tucumán.
La lista está compuesta por unas 150 canciones cuyas letras se consideraban "no aptas para ser difundidas por los servicios de radiodifusión"

También aparecen temas como Cocaine, del británico Eric Clapton; The Wall, de la legendaria banda Pink Floyd; Get down, make love, de Queen; Te recuerdo Amanda, del chileno Víctor Jara; Desayuno, del brasileño Roberto Carlos, y Pequeño Superman, del español José Luis Perales. El único tema cuya letra aparece detallada en su estribillo es Wake up, de Jankel, según se desprende del listado de folios con el membrete de Presidencia de la Nación.

Algunas canciones también eran calificadas como "no aptas en horario de protección al menor", como el caso de Su primer desengaño, del popular cantante argentino Sandro, o Amor a plena luz, del español Camilo Sesto. Las canciones que fueron censuradas no sólo tenían un contenido de perfil político, sino también temas melódicos, románticos, algunos de los más conocidos del rock local y hasta aquellos que apelan al lunfardo, el argot de Buenos Aires.

Durante la dictadura argentina, que también aplicó la censura en otros ámbitos de la cultura, desaparecieron 18.000 personas, según cifras oficiales, aunque los organismos de derechos humanos elevan esa cifra a 30.000.

taringa.net

3 comentarios:

  1. Anónimo dijo...:

    muy bueno el informe

  1. Anónimo dijo...:

    Muy bueno el informe .. Lo necesitaba para el colegio.

  1. Anónimo dijo...:

    yo tambien para el cole

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