Fondos para la SIDE y una confusa asignación

lunes, 2 de noviembre de 2009


En medio de escándalo sobre casos de espionaje ilegal, la comisión que debe fiscalizar a los organismos de seguridad recibe más dinero pero con asignaciones que no le corresponden.

Desde 2004 cuando el entonces ministro de Justicia, Gustavo Beliz, denunció que 100 millones de la SIDE habían sido utilizados en la campaña electoral de 2003, el Congreso le dio nuevo impulso a la comisión bicameral encargada de fiscalizar las actividades de inteligencia. Le otorgó un presupuesto anual de 3,6 millones de pesos, convirtiéndola en el ámbito parlamentario con mayores recursos.

Esos fondos son rendidos bajo el paraguas de “gastos secretos”, que le otorga la ley de inteligencia. En el Presupuesto de 2009 y también en el de 2010 –que esta semana será debatido en el recinto del Senado– esta comisión sumó 1,8 millón de pesos más ya que aparece como la ejecutora del programa 31 destinado a la bicameral competente en el estudio de los decretos de necesidad y urgencia. El hecho es inusual ya que quien ejecuta las partidas es quien la usa. Salvo este caso, no hay otra comisión que delegue la ejecución de su presupuesto. O bien una bicameral aumentó sus fondos –la de inteligencia–, o bien la de DNU encubre su rendición bajo la reserva de la que goza la que monitorea a la central de los espías.

Los abultados recursos que controla la bicameral de inteligencia no condicen con sus magros informes o trabajos. Durante este año tuvo tan sólo cuatro reuniones y el único dictamen público que produjo fue el aval a la prórroga de la ley de canje voluntario de armas de fuego.

Ningún economista, diputado, senador o funcionario con responsabilidad administrativa en el Congreso pudo explicar a este diario por qué la bicameral de inteligencia figura como la ejecutora de 1,8 millones de pesos destinados a la de DNU. En la oficina de la senadora María Cristina Perceval, presidenta de la bicameral que entiende en el trámite legislativo, confiaron que se trata “de un error material”. Curioso error que se repite por segundo año consecutivo. Héctor Ferreyra, responsable de la rendición de gastos de esa comisión, dice que “no es real que la bicameral de inteligencia ejecute el presupuesto que le corresponde a ellos”. En esta versión, la ley de leyes miente. Un economista consultado por este diario, que pidió reserva de su nombre, confió que en el Presupuesto 2010 hay muchos bolsones de partidas abultadas que los destinatarios reales no llegarán a reclamar y que merced a los superpoderes el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, podrá reasignar rumbo a otros fines.

El neuquino Marcelo Fuentes, presidente de la bicameral que entiende en la actividad de inteligencia, decidió no responder a la solicitud de Crítica de la Argentina. No sólo se ampara en el secreto de Estado sino también en la mayoría que el kirchnerismo ostentará hasta el 10 de diciembre.

El senador Luis Naidenoff, uno de los tres radicales que integra esa comisión, confirmó a este diario que se reunieron en cuatro ocasiones. Se negó a responder el temario de debate así como sobre la cantidad de personal que trabaja en ese ámbito legislativo ya que “es información reservada”.

Un ex integrante de esa bicameral confió a Crítica de la Argentina que la mayor parte del presupuesto se va en sueldos de personal. Algo que en principio no parece ser así. Este diario pudo saber que la comisión tiene contratados a unos 16 asesores cuyos salarios promedian los cuatro mil pesos. Ocho asesores reportan al senador Fuentes, cuatro a la diputada Stella Maris Córdoba, vice de la comisión, y dos al secretario de la misma, el radical Juan Carlos Marino. La comisión tiene tres subcomisiones: la de Presupuesto, que dirige Fuentes; la que entiende en las escuchas telefónicas, que preside el jujeño Guillermo Jenefes, y la que comprende la inteligencia criminal. Es mucho el dinero que excede el pago de sueldos. Con esos fondos algunos integrantes de esta bicameral participaron de eventos y congresos en Inglaterra y Alemania.

A la hora de la rendición de gastos descansan en el secretario administrativo de la comisión, el contador Alberto Carlos Revah, quien simultáneamente asesoró –hasta el año pasado– al Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires. Revah fue ministro de Economía de Tierra del Fuego bajo el gobierno de Carlos Manfredotti y también funcionario del ministro de Economía de la Nación durante el menemismo, Saúl Bouer. Pergaminos que le permiten descansar tranquilo al senador que pone su firma en las planillas de rendición de cuentas. Tranquilidad que sólo se altera por la nula producción legislativa de la comisión. Pero ésa es una decisión política y todavía nadie se presentó en ventanilla para denunciar que esa bicameral está en déficit.

criticadigital.com

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