Comedia de errores del ejército británico en Irak

martes, 24 de noviembre de 2009


Según miembros del Estado Mayor, el gobierno laborista saboteó los preparativos militares para engañar a la opinión pública británica.

Simuladores. El ex primer ministro británicos deberá explicar por qué ocultó al Parlamento y al pueblo británico su decisión de participar en la operación militar en Irak

Suena estremecedor, propio de aficionados, además de peligroso: durante los preparativos para la guerra de Irak y en la lucha de los soldados británicos contra el régimen de Saddam Hussein se sucedió una increíble serie de errores y contratiempos. Los aparatos de radio quedaban inutilizados por el calor, se carecía de equipamiento adecuado y de munición y para colmo se envió un container con esquíes al desierto abrasador. Al menos así lo detallan cientos de documentos confidenciales a los que tuvo acceso el diario conservador británico Daily Telegraph. Según los documentos, el entonces gobierno del premier laborista Tony Blair no tenía en claro cuáles serían los próximos pasos tras la caída de Hussein.

Importantes oficiales británicos sentían que recibían poca información de sus aliados norteamericanos, los catalogaban como “marcianos” con los que era imposible dialogar y al mismo tiempo intentaban eludir las órdenes de superiores del ejército de EE.UU. La información se basa supuestamente en informes de militares de los ministerios de Exteriores y Defensa.

A partir de hoy, una comisión multipartidaria interrogará a testigos sobre el papel que el Reino Unido tuvo en el controvertido conflicto bélico del año 2003. En la intervención, que duró seis años, murieron 179 soldados británicos.

En los próximos meses diplomáticos, expertos en armas, funcionarios y generales brindarán sus testimonios. También el ex primer ministro Blair, autor entonces de la más controvertida decisión política y militar en decenios, deberá presentarse ante la comisión y responder a sus preguntas.

Las revelaciones del Telegraph no serán del agrado de Blair. Hace tiempo que al antecesor de Gordon Brown se le recrimina no haberse sincerado ante la opinión pública y de haber decidido participar en la invasión mucho antes.

Durante 2002 Blair declaraba que Irak debía desarmarse y que no estaba previsto un golpe militar. Aun cuando apelaba a supuestas pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak –que nunca fueron halladas–, mostraba reserva. Sin embargo, según el Telegraph, ya en febrero de 2002 se planificaba la invasión y la caída de Saddam Hussein. Pero, como ni el Parlamento ni la opinión pública debían enterarse de esto, no se podían hacer preparativos rigurosos, indicó el diario.

Según los documentos, la invasión se convirtió así en una operación precipitada y apenas concertada. Los soldados fueron enviados a la guerra con escasos pertrechos y sin planes planes concretos.

Posiblemente John Chilcot, funcionario con una dilatada trayectoria, confrontará a Blair en esos temas. Chilcot, quien ya está jubilado, conduce la investigación para la que el primer ministro Brown preparó el terreno tras la salida de los británicos de Irak.

Si el contenido de los documentos se confirma, la oposición podría frotarse las manos por la proximidad de las elecciones. El experto en defensa de los tories, Liam Fox, ya expuso su posición: “La recriminación de que soldados británicos podrían haber muerto por la escasez de pertrechos que se produjo por un consciente fraude político es la acusación más severa que se pueda formalizar contra un primer ministro y su gobierno”. (DPA)

Scotland Yard paga por Menezes

Luego de cuatro años de batalla judicial, la familia de Jean Charles de Menezes y Scotland Yard llegaron a un acuerdo sobre la muerte del joven electricista brasileño, asesinado por la policía al ser confundido con un terrorista en el subterráneo de Londres. Según el periódico británico Daily Mail, los familiares de Menezes aceptaron una indemnización de 100 mil libras, una cifra muy baja “porque se consideró que la familia no habría recibido una importante ayuda económica del joven, de 27 años, si estuviera ahora con vida”. Menezes murió el 22 de julio de 2005 en la estación de Stockwell, al sur de la capital británica, cuando agentes de Scotland Yard lo tomaron por un terrorista suicida y le dispararon en un vagón del tren en presencia de otros pasajeros.

fuente: criticadigital.com

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