Golpistas y zelayistas se sientan a negociar

Los enviados de Micheletti exigen elecciones en noviembre. Los de Zelaya apuestan al aislamiento internacional del gobierno de facto.

Después de haber logrado consenso en puntos importantes del conflicto político, como la creación de un gobierno de unidad nacional, el rechazo a una amnistía para los golpistas y la renuncia a la intención de convocar una Asamblea Constituyente, representantes del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya y del gobierno de facto se reúnen hoy para tratar el crucial asunto del regreso del gobernante depuesto al poder. Las negociaciones se realizan bajo fuerte presión de la comunidad internacional que demanda la restitución de Zelaya.

El presidente golpista, Roberto Micheletti, se mantiene en la posición de que las elecciones programadas para el próximo 29 de noviembre permitirán solucionar la crisis que estalló con la expulsión de Zelaya del poder y del país el pasado 28 de junio. Sin embargo, EE.UU. y la comunidad internacional ya advirtieron que no reconocerán los resultados de los comicios.

Por su parte, Zelaya, que se encuentra refugiado en la embajada brasileña en Tegucigalpa desde su sorpresivo regreso al país 21 de septiembre, mantiene su discurso de desconfianza con respecto al gobierno de facto y apuesta al aislamiento internacional del Ejecutivo de Micheletti, como vía para lograr su disolución. “Micheletti está desafiando a la comunidad internacional, a la ONU, la OEA, la Unión Europea, está creándole una bronca al mundo”, subrayó el gobernante depuesto desde la legación. Con referencia a las negociaciones de hoy, dijo que “será el día esencial del diálogo para saber si esto se resolverá, pero no tengo confianza. El régimen golpista se va a seguir negando a acatar la resolución de la OEA y de la comunidad internacional. Va a ser una bofetada”.

Entretanto, su canciller Patricia Rodas pidió desde Nueva York que la Casa Blanca aplique “sanciones directas” contra “los grupos de exportadores” hondureños, que sostienen económicamente el régimen de Micheletti. Rasel Tomé, vocero de Zelaya en la embajada brasileña, coincidió: “Estamos esperando que las decisiones de apoyo que tomen la OEA y la ONU en cuanto al tema de Honduras sean pruebas comerciales fuertes, que le den al régimen pocas horas, que se retire del poder que han usurpado”.

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