Micheletti prometió a Lula "respetar su sede" y se abrió al diálogo

martes, 22 de septiembre de 2009


El presidente de facto pidió asilar o entregar a Zelaya, que sigue refugiado en la embajada de Brasil, rodeada de francotiradores y sin agua, luz ni gas. Denuncian que hay 300 detenidos en un estadio de fútbol de Tegucigalpa.

El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, le hizo este martes "un llamado al mundo entero": "Estamos dispuestos a dialogar. Estableceremos las comisiones sin la gente que ha estado interviniendo anteriormente", dijo el presidente Roberto Micheletti a los medios de comunicación. Así confirmó su disposición de entablar un diálogo con la participación de todos los sectores de la sociedad y diplomáticos extranjeros imparciales.

Micheletti informó que dará en las próximas horas los nombres de los representantes sociales y diplomáticos con los que se sentaría a negociar y descartó que participen los candidatos presidenciales –a menos que lo soliciten- porque están inmersos en su "trabajo político”. También negó la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, y pidió un mediador imparcial "de las Naciones Unidas que pueda venir a escuchar la posición de los hondureños".

Luego de la violenta represión en torno a la embajada de Brasil en la capital hondureña, donde permanece alojado el destituido Manuel Zelaya, el dirigente del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, Rafael Alegría, aseguró que al menos 300 personas que se encontraban manifestando en contra del gobierno de Micheletti, fueron detenidas por parte de cuerpos policiales y militares durante las acciones represivas de este martes, que dejaron tres muertos.

Alegría, en declaraciones a Telesur, denunció que los detenidos se encuentran alojados en un estadio de fútbol y comparó el hecho con lo que se practicaba en la dictadura chilena de Augusto Pinochet.

En tanto, Micheletti le garantizó respeto de su embajada al gobernante de Brasil. "Le digo públicamente al presidente Lula da Silva: nosotros vamos a respetar su sede, porque esa es tierra del Brasil y la vamos a respetar, siempre y cuando ellos contesten a nuestras peticiones", expresó Micheletti en declaraciones a la prensa en la Casa Presidencial.

Reiteró, sobre esa solicitud, que "ese señor Zelaya tiene procesos iniciados aquí en Honduras y lo conveniente sería: o le dan asilo ellos en su país o lo entregan a las autoridades".

TENSION EN HONDURAS. Este martes por la mañana el gobierno de facto desalojó por la fuerza a los manifestantes que desde el lunes apoyaban el retorno del presidente constitucional en la sede de la Embajada de Brasil. Producto de la represión, miembros de la resistencia denunciaron tres nuevas muertes.

En tanto, a raíz de unos "cortes", la sede diplomática permanecía este martes sin luz, agua y teléfono y funcionaba sólo a través de "generadores eléctricos", según informaron desde la cancillería brasileña al diario O Globo. Los funcionarios que permanecen en la sede, en cuyo interior también se encuentran unos 70 simpatizantes de Zelaya, pidieron a la embajada de Estados Unidos que, en caso de necesidad, colaboren para reforzar la seguridad y la energía eléctrica.

Luego de concentrarse toda la noche en las inmediaciones de la sede diplomática, cerca de 4 mil zelayistas sufrieron el embate de la policía local, que despejó la zona por completo y en su raid habría matado a tres personas.

El dirigente campesino Rafael Alegría denunció a Radio Globo que dos personas fallecieron debido a la intoxicación con gases lacrimógenos, mientras que Prensa Latina detalló que la tercera fue víctima de un impacto de bala.

Tras los incidentes, Zelaya señaló que “los militares colocaron equipos de amplificación en dirección a la embajada brasileña y comenzaron a tocar sonidos estridentes para intentar enloquecer a las personas que están adentro".

Además, denunció que los militares "tiraron bombas (lacrimógenas) hacia adentro" de la legación brasileña y se encuentran apostados franco tiradores en los edificios lindantes.

"Ellos tienen las armas y el pueblo está indefenso. Llamo a la ONU a tomar acciones inmediatas para intentar buscar una salida en el menor tiempo posible", pidió el jefe de Estado.

Desde Nueva York, a donde acudió para participar de la Asamblea Anual de la ONU, el presidente brasileño, Luiz Inacio “Lula” Da Silva dijo "lo normal que debería suceder es que los golpistas dieran un lugar a quien tiene derecho de estar en ese lugar, que es el presidente democráticamente electo por el pueblo".

Según las normas internacionales, las embajadas son consideradas territorios de los respectivos países y una invasión a la sede brasileña en Tegucigalpa podría ser considerada como una invasión al propio territorio brasileño.

"Esperamos que los golpistas no entren en la embajada brasileña", deseó Lula en declaraciones citadas por el diario paulista Folha, y confirmó que habló por teléfono con Zelaya.

El mandatario constitucional llegó sorpresivamente el lunes a su país luego de casi tres meses de exilio forzado por el golpe de Estado perpetrado el 28 de junio. Una vez en suelo hondureño, su mujer realizó gestiones con el canciller brasileño Celso Amorim para que se pudiera refugiar en la dependencia diplomática.

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