Piden la renuncia del presidente del comité Nobel que premió a Obama

martes, 13 de octubre de 2009


Los principales partidos de la oposición noruega exigieron ayer la dimisión de Thorbjorn Jagland porque aseguran que su función es incompatible con la que también desempeña al frente del Consejo Europeo. Advierten que el premio a Barack Obama fue pensado para mejorar las relaciones entre Bruselas y Washington, sin importar si los atributos del mandatario estadounidense alcanzaban para mercer el galardón. Desde que se supo la designación de Obama, el mundo entero entró en debate sobre la nominación de un presidente que mantiene dos guerras abiertas en el mundo.

Por Rodrigo Lloret

De a dos. Jagland luego de nombrar a Obama y el estadounidense en la reunión del G-20.
Era una noticia sobre la paz, pero cayó como una bomba. El Premio Nobel que recibió el viernes el presidente Barack Obama sigue provocando fuertes debates desde que la incredulidad invadió al mundo entero cuando el comité Nobel informó que el presidente de los Estados Unidos sería el galardonado de este año.
“Quizá los funcionarios noruegos quisieron darle a Obama un premio consuelo por su desilusión luego de perder con Chicago la organización de los Juegos Olímpicos 2016. No hay otra explicación posible: es demasiado prematuro a tan sólo nueve meses de mandato”, opinó, por ejemplo, la revista The Economist.

Para que no queden dudas de la conmoción que todavía causa esa designación, la dirigente del principal partido de oposición de Noruega pidió ayer la renuncia del presidente del comité Nobel por considerar que Thorbjørn Jagland no puede ejercer sus funciones porque también es presidente del Consejo de Europa, incompatibilidad que podría amenazar su independencia a la hora de designar los Nobel.

“Sería políticamente inteligente que Jagland, tras haber estudiado la situación, diga que dimite para evitar un desafortunado doble puesto”, declaró Siv Jensen, líder del partido del Pogreso al diario Bergens Tidende.

La dirigente del partido conservador de Noruega considera que fue apresurada la designación de Obama y cuestiona a Jagland porque asegura que la nominación del presidente estadounidense, en realidad, buscaba mejorar las relaciones entre Europa y Estados Unidos, sin importar los antecedentes del presidente norteamericano para que pueda recibir tan importante galardón.

Ex premier laborista y ex jefe de la diplomacia de Noruega, Jagland fue elegido a finales de septiembre como el nuevo secretario general del Consejo Europeo. Tan sólo unos meses antes, en febrero, había sido nombrado presidente del comité Nobel.

También la dirigente de otro partido noruego, criticó esa doble función. Erna Solberg, del conservador Hoejre, advirtió que la designación de Jagland para el organismo europeo debe contar con el apoyo de Rusia, algo que inhabilitaría al comité Nobel a elegir a algún disidente de Moscú como ganador del Nobel de la Paz.

Otra de las dudas sobre la validez de Obama para recibir el premio tiene que ver con el momento en el que fue propuesto al comité de Oslo. La fecha límite para presentar las candidaturas expedía el 1º de febrero pasado, es decir tan sólo 11 días después de que Barack Obama asumiera su presidencia. El mandatario de los Estados Unidos llegó a la Casa Blanca el 20 de enero, y por lo visto, el comité Nobel consideró que tuvo un desempeño inmejorable en tan poco tiempo.

“Los miembros del comité Nobel parecen estar a gusto con la retórica del presidente Obama, y también parecen mostrarle a Washington que Europa estaba hastiada de George W. Bush. Eso es lo que debemos leer entre líneas con este premio porque es algo que el mundo entero quiero transmitirnos”, advirtió el Washington Post.

Controversias por la Paz. El Premio Nobel de la Paz ha sido entregado a ideólogos de dictaduras latinoamericanas y amigos de genocidas (Henry Kissinger), también a terroristas (Yasser Arafat), y a muchos héroes de la paz (Martin Luther King, la Madre Teresa o Nelson Mandela), pero el comité de Oslo también se ha olvidado a figuras centrales en la pacificación del mundo (Mahatma Gandhi), y ahora premia a un “niño”; es decir, a alguien por el que se espera que haga algo en el futuro.

Esa es la imagen que ha dejado la nominación de Obama: un premio pensando en lo que viene, más que en lo que pasó. “No estamos premiendo a alguien por lo que hará en el futuro, sino por lo que ya ha hecho en los años previos”, aclaró Jagland. La duda, entonces, es qué ha hecho Obama para merecer este galardón.

El presidente de Estados Unidos recibió el Premio Nobel de la Paz el mismo año que envió 40 mil soldados a Afganistán. Obama tampoco alcanzó el desarme de los planes nucleares de Irán y Corea del Norte. Ni logró que Israel y Palestina puedan sentarse a negociar un acuerdo de paz. Además, su promesa de cerrar Guantánamo parece seguir durmiendo en los cajones de la burocracia.

Y el golpe de Estado en Honduras continúa generando dudas con respecto a la responsabilidad de los Estados Unidos en el derrocamiento y posterior mantenimiento de los dictadores en el poder hondureño.

“Parece ser que a los noruegos les hubiese gustado votar por Obama. Pero como no pudieron, le dieron el Nobel”, ironizó Time. Obama ya es Nobel. De eso no hay dudas. Pero en medio de tanta controversia, es necesario que demuestre merecerlo.

diarioperfil.com.ar

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