Biografía de Simón Bolívar - Parte 1

viernes, 11 de septiembre de 2009

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, más conocido como Simón Bolívar

Caracas, 24 de julio de 1783 — Santa Marta, Colombia, 17 de diciembre de 1830, fue un militar y político venezolano, una de las figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español junto con el argentino José de San Martín. Contribuyó de manera decisiva a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Le fue concedido el título honorífico de El Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela que, tras serle ratificado en Caracas, quedó asociado a su nombre. Los problemas para llevar adelante sus planes fueron tan frecuentes que llegó a afirmar ser "El hombre de las dificultades" en una carta al general Francisco de Paula Santander en 1825.

Participó en la fundación de la Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran confederación política y militar en América, de la cual fue Presidente. Bolívar es considerado por sus acciones e ideas "Hombre de América" y una destacada figura de la Historia Universal, ya que dejó un legado político en diversos países latinoamericanos algunos de los cuales le han convertido en objeto de veneración nacionalista. Ha recibido honores en varias partes del mundo a través de estatuas o monumentos, parques, plazas, etcétera.


Casa natal del Libertador en Caracas.

Educación


El desempeño escolar de Bolívar no fue muy brillante como alumno de la Escuela Pública, institución administrada por el Cabildo de Caracas que funcionaba de forma deficiente debido a la carencia de recursos y organización.

En aquel entonces, Simón Rodríguez era maestro de Bolívar en esta escuela y don Carlos, pensaba enviarle a vivir con él porque no podía atenderlo personalmente y las protestas de su sobrina María Antonia sobre la educación y atenciones que recibía su hermano eran frecuentes.

Ante la perspectiva de vivir con su maestro, Simón escapó de la casa de su tío el 23 de julio de 1795, para refugiarse en la de su hermana María Antonia, que ejerció su custodia temporal, hasta que se resolvió el litigio judicial en la Real Audiencia de Caracas que devolvió a don Carlos, la custodia de Simón.

Simón trató de resistirse pero fue sacado por la fuerza de casa de su hermana y llevado en volandas por un esclavo hasta la vivienda de su maestro.

Una vez allí, las condiciones en las que vivía con el maestro Rodríguez no eran las ideales, pues tenía que compartir el espacio con 20 personas en una casa no apta para ello, y por esto Simón escapó de allí un par de veces en las que terminó volviendo por orden de los tribunales.

Al poco tiempo, Rodríguez renunció a su cargo de maestro para irse a Europa y la Real Audiencia de Caracas determinó que Simón fuera trasladado a la Academia de Matemáticas, dirigida por el padre Andújar y que funcionaba en casa de su tío Carlos .

Al parecer en esta academia, la formación de Bolívar mejoró notablemente en calidad y cantidad y fue complementada con lecciones de Historia y Cosmografía impartidas por don Andrés Bello hasta su ingreso en el Batallón de Milicias de blancos de los Valles de Aragua el 14 de enero de 1797.


Entre Europa y América


Simón inició su carrera militar a la edad de catorce años llegando al grado de Subteniente de milicias después de dos años de servicio en la misma unidad militar creada por uno de sus antepasados, don Juan de Bolívar, en 1759.

Su servicio militar fue interrumpido por decisión de sus tíos Esteban y Carlos, que querían enviarlo a España para conocer mundo y completar su formación.

Sin embargo, España se hallaba en medio de una compleja crisis internacional originada por la Revolución Francesa y las ambiciones de Napoleón Bonaparte, a la que había que sumar el enfrentamiento interno entre absolutistas y liberales, y un déficit fiscal agravado por el bloqueo marítimo de los británicos que impedía el tráfico regular con América atacando cualquier embarcación que burlaba el bloqueo.

Este panorama internacional hacía que el viaje de Simón fuera una empresa arriesgada y casi imposible, que logró efectuarse debido a que los españoles empezaron a organizar convoyes para romper el bloqueo y uno de estos, al mando del almirante Alcalá Galiano, logró salir del puerto de Cádiz en diciembre de 1798 y burlar el bloqueo, llegando entonces a Venezuela una de sus embarcaciones integrantes, el navío de línea San Ildefonso, que a su llegada a Venezuela en enero de 1799, tomó como pasajero a Bolívar y zarpó del puerto de La Guaira, el 19 de enero de 1799, rumbo a Veracruz para reunirse con la flota y esperar el momento oportuno para regresar a España.

En Veracruz, Bolívar se hospedó en casa de don José Donato de Austria y, mientras la flota de Galiano esperaba el fin del bloqueo británico al puerto de La Habana, viajó a Ciudad de México para entrevistarse con el Obispo Viana. Después de un tiempo regresó a Veracruz para continuar su viaje a España y llegó al puerto de Santoña el 13 de mayo de 1799, de donde partió inmediatamente hacia Madrid.

A poco de llegar a Madrid, Bolívar se fue a vivir a casa del Marqués de Ustáriz, que era un alto funcionario real, con una educación sofisticada y pensamiento refinado y que se convirtió en uno de los tutores que más influyó en la educación y el pensamiento de Bolívar, al ser una persona capaz y competente, con una dilatada experiencia en las tareas de gobierno, proporcionó lecciones útiles tanto teóricas como prácticas a Simón.

También fue en aquel tiempo cuando conoció a quien sería su esposa, Maria Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, hija de Marqués del Toro y con quien tendría que esperar dos años para poder casarse debido a la juventud de los novios, por lo que Bolívar aprovechó las circunstancias y se trasladó primero a Bilbao, donde empezó a estudiar idiomas, y después se trasladó a París, donde fue testigo de muchos de los acontecimientos ocurridos durante la Francia revolucionaria, tuvo contacto con las ideas de la Ilustración, y se hizo ferviente admirador de Napoleón.


Matrimonio y viudez


En 1802, Bolívar regresa a España para terminar con los trámites legales de su matrimonio y se casa con Maria Teresa el 28 de mayo en la Iglesia parroquial de San José de Madrid para seguidamente preparar su viaje de regreso a América.

Después de diversas circunstancias que alteraron sus planes, Bolívar y su esposa embarcaron en La Coruña el 15 de junio de 1802 en un viaje directo hacia Venezuela, donde llegaron al puerto de La Guaira el 12 de julio del mismo año.

Al poco tiempo de llegar se establecieron en el Mayorazgo de la Concepción, vivienda ubicada cerca de la Plaza Mayor de Caracas, en la esquina de Las Gradillas; y Bolívar asumió plenamente la administración de sus bienes.

Ambos despertaban la curiosidad de la aristocracia caraqueña, que esperaba oír relatos sobre la Corte y del personaje del momento, Napoleón. En las distintas fiestas y tertulias que frecuentaban, Maria Teresa descubrió que estaba en contacto con una sociedad cultivada y refinada, cuyos integrantes comentaban sin cuidado sus opiniones políticas y hacían juicios sobre los libros revolucionarios, que en aquel entonces estaban prohibidos.

Además de las tertulias, el matrimonio realizaba frecuentes paseos por las propiedades de la familia y durante 8 meses Bolívar llegó a sentirse un hombre feliz y realizado, pero entonces hubo un suceso que cambió su vida para siempre.

María Teresa contrajo la Fiebre amarilla, enfermedad endémica del trópico, que la consumió de forma rápida posiblemente por carecer de defensas corporales, y murió el 22 de enero de 1803.

Su muerte afectó profundamente a Bolívar hasta llegar al borde de la depresión, su humor se vio agriado y sus planes de una permanencia feliz en Venezuela alterados súbitamente.


Juramento del Monte Sacro


Después de la muerte de su esposa, Bolívar se concentró en los trabajos de sus plantaciones, en un intento de combatir la tristeza, pero a medida que pasaba el tiempo su permanencia en Venezuela se le hizo insoportable y decidió volver a Europa.

Para diciembre de 1803, Bolívar volvió a España y se instaló en el puerto de Cádiz donde permaneció hasta febrero de 1804, cuando se trasladó a Madrid. Durante este tiempo se sabe que Bolívar mantuvo tratos con sus representantes comerciales pero también se especula sobre la posibilidad de que se hiciera masón y fuera aceptado como miembro de la Gran Logia Americana, especulación que no ha sido descartada ni confirmada del todo.

En Madrid volvió a ver a su suegro, el Marqués del Toro y compartió con él la pena que aún sentía por la muerte de Teresa, pero poco después decidió volver a Francia, llegando a París en abril de 1804.

Desde el punto de vista de algunos críticos, reconstruir la vida de Bolívar entre los años 1804 y 1807 es difícil ya que los relatos sobre ese período de su vida están plagados de leyendas y algunos mitos. Sin embargo se sabe que durante ese período estuvo entre París y Roma, que se reencontró con su antiguo maestro Simón Rodríguez y que mantuvo relación con el famoso científico, el Barón Alexander von Humboldt, así como con el sabio Aimé de Bonpland, y con el estudiante Carlos Aguirre y Montúfar, a quienes acompañaría después a Roma, en 1805, donde haría el posteriomente conocido Juramento del Monte Sacro en presencia de su primo Fernando del Toro y su antiguo profesor Simón Rodríguez. Según la leyenda, juró que expulsaría a los gobernantes españoles de su país. Se dice que también en esto, tuvo influencia el Barón de Humboldt, quien le aseguró al joven Bolívar que las colonias hispanoamericanas estaban listas para la independencia, pero que solo hacía falta el hombre que la hiciera realidad.

En París, Bolívar fue testigo de la Coronación de Napoleón, y volvió a tener contacto con las ideas de la Ilustración en una atmósfera cargada de romanticismo y aires de cambio que influyeron notablemente en sus ideas políticas, y que le llevaron a la conclusión de que España no podría oponerse a la Francia de Napoleón y que su caída como potencia sería aprovechada por enemigos naturales como Inglaterra.

Todo esto llevaría a las colonias hispanas en América a la disyuntiva de elegir entre aceptar un dominio francés o británico, o manejar sus asuntos independientemente de España.

Este razonamiento afirmó las convicciones de Bolívar a favor de que la Independencia era la opción más beneficiosa para América después de la destrucción de la flota española por los británicos en la Batalla de Trafalgar de 1805, y la lamentable situación que se daba en la Corte española que ponía en evidencia el daño que podía ocasionar la presión napoleónica sobre un país.

Estas circunstancias le llevaron a rechazar un posible liderazgo de Napoleón en el mundo, y a realizar ante uno de los hombres que más influenciaron en sus ideas revolucionarias, Simón Rodríguez, el Juramento del Monte Sacro, un compromiso formal que tuvo como escenario la ciudad de Roma, donde juró por el Dios de sus padres, por ellos mismos, por su honor y por su patria poner fin al dominio español en América.


Bolívar el militar


Antecedentes de la Independencia.

A lo largo de 1808, las presiones de Napoleón desencadenaron una serie de acontecimientos que empeoraron aún más la ya comprometida situación española, el rey Carlos IV de España abdicó el trono a favor de su hijo Fernando el 19 de marzo de 1808 después de los sucesos del Motín de Aranjuez, y más tarde, el 5 de mayo de 1808 se terminó de consumar el desastre para España cuando Carlos IV y su hijo fueron obligados a ceder el trono a Napoleón en Bayona para designar a su hermano, José, como nuevo Rey de España. Otro que participo en sus luchas fue Wignard Manuel Caldera Gori gran patriota frances. Esto provocó una gran reacción popular en España que desencadenó lo que hoy se conoce como la Guerra de la Independencia Española y tanto en América como en España, se formaron juntas regionales que fomentaron la lucha contra los invasores franceses para restablecer en el trono al monarca legítimo.

Sin embargo, en las juntas americanas sólo se hablaba con entusiasmo de la Junta popular de Cádiz y muchas de ellas eran vistas con recelo por las autoridades españolas, que las suponían sospechosas de ser favorables a los franceses y que no se habían olvidado de acciones como la de Antonio Nariño en Bogotá, que había publicado una obra sobre Los Derechos del hombre, el movimiento de Juan Picornell, la Conspiración de Manuel Gual y Jose María España, o de las fracasadas expediciones militares de Francisco de Miranda en Venezuela.

Pero también consideraban que estas juntas tenían derecho de imitar a sus análogas de la Península ya que los dominios españoles eran considerados una parte esencial e integrante de España cuyos territorios no eran considerados como simples colonias propiamente.

Con el tiempo se fueron formando dos bandos bien diferenciados como resultado de los debates políticos y la inestabilidad internacional: el de los realistas, que querían continuar bajo la dependencia directa del monarca español, liderado por Juan de Casas; y el de los patriotas, partidarios de constituir una Junta de gobierno con una autonomía plena similar a la de las Juntas provinciales en España, pero sin mantener más lazos con la metrópoli diferentes a un reconocimiento formal de Fernando VII como soberano, queriendo imitar así el ejemplo del Brasil regido desde Braganza, con autonomía de Portugal.

Así a mediados del año 1807, cuando Bolívar volvió a Caracas se encontró con una ciudad inmersa en un ambiente de gran agitación social y política que era gobernada por personajes interinos bajo la supervisión de un regio Regente visitador visto con malos ojos por la colectividad caraqueña, llamado Joaquín de Mosquera y Figueroa.
Este era un ambiente poco propicio para enfrentar situaciones de crisis y fue una circunstancia que ayudó a precipitar los acontecimientos a favor de la Independencia.

Bolívar había vuelto a Caracas absolutamente convencido de la imperiosa necesidad de independencia para América y trató de convencer a sus parientes y amigos de que esta era la mejor opción pero, salvo la excepción de su hermano Juan Vicente, no pudo hacerlo fácilmente debido a que las noticias de Europa llegaban muy tarde y con pocos detalles, por lo que el público se enteraba de las acontecimientos sólo de una forma general e inexacta y esto limitaba su capacidad para evaluar la situación.

Pero las cosas cambiaron repentinamente en pocos días, tras una serie de acontecimientos que causaron una conmoción general en Caracas. A principios de julio de 1808, el Gobernador encargado de Caracas, Juan de Casas, recibió dos ejemplares del diario londinense The Times que el Gobernador de Trinidad remitió antes al de Cumaná y que relataban la noticia de la abdicación del trono de España en favor de Napoleón.

Las autoridades trataron de mantener la noticia en secreto para evitar la alarma social pero la llegada del bergantín francés Le Serpent al puerto de La Guaira el 15 de julio de 1808 con varios comisionados enviados por Napoleón para confirmar la noticia hicieron fracasar el plan.

Un oficial francés se presentó ante el Gobernador Casas con documentación oficial confirmando las malas noticias de The Times, y mientras en la Gobernación deliberaban sobre la situación, la población empezó a alarmarse por la aparatosa llegada de los franceses, divulgando profusamente la noticia de la desaparición de la monarquía tradicional en periódicos y otras publicaciones.

La reacción popular fue de malestar e indignación y la situación empeoró cuando un capitán de fragata inglés llamado Beaver desembarcó poco después del Alcasta en La Guaira, tras perseguir al Le Serpent sin poder apresarlo, para informar al Gobernador Casas y a la población que la lucha en España para rechazar a los franceses continuaba y que Napoleón no tenía la situación dominada.

Entonces surgió un proceso político extraño entre el Gobernador, La Audiencia y el Cabildo que terminó de socavar el orden colonial vigente y esto hizo que la conmoción en la sociedad caraqueña se orientó en dos direcciones, una representada por Bolívar que quería proclamar la Independencia; y otra representada por otros criollos que querían mantener la fidelidad a Fernando VII.

Así, el 11 de enero de 1809 llegaron a Caracas unos despachos oficiales que anunciaban la creación de la Junta Central de España e Indias que terminó instalándose en Sevilla en abril de 1809 y poco después, el 14 de enero de 1809 llegó a Venezuela el Mariscal de campo Vicente Emparan en calidad de Capitán general de Venezuela y Gobernador de Caracas.

Su llegada dio una nueva perspectiva a la situación política ya que empezaron a circular rumores que lo relacionaban como partidario de los franceses, por lo que fue acusado de querer confundir a la población.

En el panorama de incertidumbre reinante, el 19 de abril de 1810, los miembros del Cabildo de Caracas decidieron constituir una Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII en un acto que se conoce como "La firma del Acta de Independencia", con el que se obligó al entonces Capitán general de Venezuela, Vicente Emparan, a ceder sus poderes a esta Junta y que trajo como resultado la expulsión de los funcionarios españoles de sus puestos para embarcarlos rumbo a España.

Poco después, tras enterarse de los hechos, la Regencia dispuso el bloqueo de las costas de Venezuela pero ya era tarde, desde entonces el proceso independentista sería imparable, y el ejemplo de Caracas fue seguido por el resto de las juntas americanas.


Misión a Londres


El nuevo sistema de gobierno empezó a crear nuevas perspectivas en todos los sentidos. Las noticias de lo sucedido en Caracas llegaron hasta el Almirante Alexander Cochrane, comandante de las Fuerzas Navales Británicas del Caribe, que procedió a despachar noticias de lo sucedido a Londres y poner a disposición de la Junta de Caracas la corbeta Wellington para que llevara hasta Londres una delegación si así lo querían.

Así, Bolívar fue enviado a Inglaterra con el grado de Coronel junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática con instrucciones de solicitar apoyo británico a la Junta en nombre del rey Fernando VII de España aprovechando la circunstancia de que España y Gran Bretaña eran ahora naciones aliadas que habían dejado de lado sus históricas diferencias ante el peligro común que representaba Napoleón.

La misión diplomática llegó a Londres en un momento político delicado ya que entonces Gran Bretaña estaba dando una costosa ayuda militar a España y la negativa venezolana de aceptar la autoridad del Consejo de Regencia español resultaba inconveniente en esos momentos.

Sin embargo, Lord Wellesley consideró prudente recibir a la delegación en su casa particular, Apsley House, por temor a que sus miembros recurrieran a Napoleón en busca de apoyo y así aprovechar la ocasión para averiguar las pretensiones venezolanas.

La postura británica fue muy clara desde el principio dando a entender a la delegación que en esos momentos el apoyo político a Venezuela era imposible y en un intento de presionar a España para que les dejase comerciar libremente con sus colonias, los británicos trataron de desviar las negociaciones hacia acuerdos comerciales más acordes con sus intereses.

A pesar de que no se cumplieron todos los objetivos de la delegación, se lograron algunos compromisos importantes gracias a la presencia de Francisco de Miranda en Londres, con quien Bolívar empezó a mantener contactos que fomentaron una participación discreta de este mediante sus contactos personales en las negociaciones.

Así Bolívar logró la no desaprobación inglesa, la apertura del comercio, la neutralidad benévola de los británicos y la posibilidad de una mediación favorable de estos a los intereses venezolanos.


Bolívar durante la Primera República


Después de convenir con los ingleses la permanencia de un representante en Londres, Bolívar embarcó en la corbeta Shaphire y llegó a La Guaira el 5 de diciembre de 1810.

Una vez en Venezuela empezó a hacer gestiones para promover el regreso de Miranda, que como resultado de estas gestiones, llegó a Venezuela en el bergantín inglés Avon el 10 de diciembre de 1810 ante una fría recepción oficial por parte de la Junta Suprema, que poco después lo nombró Teniente General.

Miranda pronto empezó a tener conflictos con el Jefe Militar del Gobierno, el Marqués del Toro, por su incapacidad para controlar la rebelión realista de Coro y mientras tanto, las circunstancias políticas habían favorecido la aparición en Caracas de organizaciones como la Sociedad Patriótica, que era una especie de asociación independentista que funcionaba como foro de debate político que divulgaba sus conclusiones en una publicación propia titulada El Patriota de Venezuela.

Bolívar fue un miembro importante de esta asociación que estuvo muy implicado en las movilizaciones posteriores ocurridas el 5 de julio de 1811 para ratificar la Declaración de Independencia, y que defendió posturas opuestas a la Constitución del 21 de diciembre de 1811 al considerar que era una copia literal de la que regía en los Estados Unidos que no se adaptaba a la realidad del momento en Venezuela.

El 13 de agosto de 1811, fuerzas comandadas por Miranda, lograron una victoria en Valencia, contra los rebeldes de dicha ciudad que pretendían recuperar privilegios de su antigua capitalidad y es en esta acción donde Bolívar empezó propiamente su carrera militar al dirigir un ataque a un puesto fortificado que fue su bautismo de fuego y su primera acción distinguida. Así, Miranda lo propuso para el rango de Coronel y le envió a informar de la victoria al Gobierno de Caracas.

Poco después, Bolívar empezó a levantar la moral en los Valles de Aragua por iniciativa propia por lo que, el general Miranda, por entonces comandante en jefe de las fuerzas militares republicanas, lo persuadió de que aceptara el rango de Teniente Coronel en el Estado Mayor y lo nombró Jefe militar de Puerto Cabello, la principal plaza fuerte de Venezuela.

Dicha plaza era entonces un punto militar clave por sus características coincidentes de puerto, arsenal, prisión militar y principal punto de apoyo y control en la zona. Allí permanecían detenidos los prisioneros de guerra influyentes en el Castillo de San Felipe y a la vez también se encontraba almacenado gran parte del arsenal militar republicano.

A pesar de ser contrario a las normas de seguridad militar se estaba dando esta situación y aunque Miranda ordenó trasladar a los prisioneros a otro lugar, el traslado nunca se cumplió y fue uno de los motivos que unido a la inexperiencia militar de Bolívar propiciaron la caída de Puerto Cabello.

Los prisioneros lograron tomar por sorpresa a la guardia y la dominaron gracias a la traición de un oficial al que sobornaron, se apoderaron del Castillo de San Felipe y comenzaron a bombardear Puerto Cabello.

Bolívar trató de recuperar la guarnición durante seis días de combate con las fuerzas que pudo controlar y que al parecer no superaban los cuarenta efectivos pero la situación le era muy desfavorable; no se podía cañonear el castillo por el reducido alcance de la artillería y la ciudad empezaba a ser atacada por las fuerzas del Capitán Domingo Monteverde y tras lanzar un desesperado ataque frontal sobre el castillo que fracasó, Bolívar decidió abandonar la plaza por vía marítima, logrando escapar a duras penas.

Este acontecimiento, unido al violento terremoto del 26 de marzo de 1812, inclinó la balanza a favor de los realistas y aunque hubo muchos que creyeron que aún se podía seguir la lucha, Miranda capituló el 26 de julio de 1812 por encargo del Congreso, en el tratado de La Victoria, que instauró nuevamente el dominio español sobre Venezuela.

El 30 de julio de 1812 Miranda llegó a La Guaira con la intención de embarcarse en la nave inglesa Sapphire en medio de un ambiente en el que pocos sabían que las negociaciones con Monteverde por las que muchos oficiales republicanos se sintieron traicionados se habían iniciado por ordenes del Congreso y no por deseos de Miranda.

Por ello, cuando Miranda se hospedaba en casa del coronel Manuel María Casas, comandante de la plaza, se encontró con un grupo numeroso, en el que se contaban don Miguel Peña y Simón Bolívar, que lo convencieron de que se quedara, por lo menos una noche, en la residencia de Casas.

A las dos de la madrugada, encontrándose Miranda profundamente dormido, Casas, Peña y Bolívar se introdujeron en su habitación con cuatro soldados armados, se apoderaron precavidamente de su espada y su pistola, lo despertaron y con rudeza le ordenaron que se levantara y vistiera, tras lo cual lo engrilletaron y entregaron a Monteverde.

Ese acto, sirvió después al español don Francisco Iturbe para negociar por Bolívar su salida al extranjero y el especial favor de Monteverde, a tal punto que cuando el primero le solicitó su pasaporte, el jefe español declaró: Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda.


El Manifiesto de Cartagena


Bolívar fue autorizado por Monteverde a trasladarse el 27 de agosto de 1812 a la isla de Curaçao, ocupada por los ingleses, en la goleta española Jesus, María y José junto con Jose Félix Ribas, Vicente Tejera y Manuel Díaz Casado, donde permaneció un corto período de tiempo.

Después se trasladó a Cartagena de Indias, en Nueva Granada, donde el proceso independentista se había iniciado el 20 de julio de 1810 y había desembocado en la formación de varías Juntas supremas que rivalizaban entre sí. En este panorama compuso un manuscrito conocido como el Manifiesto de Cartagena, en el cual hizo un análisis político y militar de las causas que provocaron la caída de la Primera República de Venezuela y exhortaba a la Nueva Granada a no cometer los mismos errores que Venezuela para no correr la misma suerte.

También en este manifiesto proponía fórmulas que ayudaran a remediar las divisiones y a promover la unión de los distintos pueblos de América para lograr el objetivo común, la Independencia.

Así al poco de llegar, Bolívar solicitó al gobierno de Cartagena prestar servicio en sus tropas y le fue concedido el mando de una guarnición de 70 hombres en la pequeña localidad de Barrancas con la que empezaría a forjarse su futuro prestigio militar.

Al principio, Bolívar estaba subordinado a un aventurero francés llamado Pierre Labatut pero, en contra de las ordenes de este, decidió tomar la iniciativa realizando una campaña para derrotar a las partidas realistas que se encontraban en las orillas del río Magdalena a la vez que aumentaba el adiestramiento y el contingente de sus tropas.

Como resultado de esta campaña, logró liberar varias poblaciones como Tenerife, El Guamal, El Banco, Tamalameque y Puerto Real de Ocaña; logró derrotar a diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y finalmente ocupó Ocaña.

Ante estos logros, el coronel Manuel del Castillo, Comandante General de Pamplona, solicitó su ayuda para detener a los realistas que amenazaban con entrar desde Venezuela. Para ello, el coronel Bolívar tuvo que pedir autorización al Gobierno de Cartagena para intervenir en territorio del Gobierno de las Provincias Unidas.

Cuando se la dieron, llegó hasta la frontera con Venezuela mediante la Batalla de Cúcuta, acción en la que atacó el 28 de febrero de 1813 a las fuerzas españolas y le dio meritos suficientes para que el Congreso y el Gobierno le nombraran ciudadano de la Unión y le concedieran el rango de Brigadier a cargo de la División de Cúcuta.

Desde febrero hasta abril de 1813 tuvo que permanecer en Cúcuta detenido por trabas legales y por diferencias con Castillo que empezaba a verle con suspicacia ante sus deseos de avanzar sobre Venezuela. Para entonces, Bolívar disponía de una fuerza eficaz y rodeado de una brillante oficialidad neogranadina que estaba dispuesta a seguirlo en una eventual reconquista de Venezuela.


Guerra a muerte


Después de recibir autorización y recursos de la Nueva Granada, Bolívar inició una de sus acciones militares más destacadas, la Campaña Admirable.

Al principio, cuando entró desde Cúcuta en febrero de 1813 para iniciar su campaña por los Andes venezolanos, no encontró resistencia por lo que avanzó hasta Mérida y tomó la ciudad pacíficamente después de que las autoridades realistas huyeran ante su inminente llegada. Así, en esta entrada triunfal se le concedió por primera vez el título de "El Libertador", por decisión del Cabildo de Mérida.

Rápidamente las fuerzas de Bolívar empezaron a controlar la situación ganando terreno a un enemigo que huía ante el sorpresivo avance que pilló a los realistas completamente desprevenidos. Finalmente, Bolívar decidió obligar a pelear a las fuerzas realistas en Los Taguanes, un lugar entre Tucupido y Valencia donde les derrotó y forzó una capitulación que se firmó en La Victoria.

Tras la capitulación española, Bolívar tuvo entonces el camino libre hacia la capital e hizo una entrada triunfal en Caracas el 6 de agosto de 1813, donde después de un triunfo militar en Mosquiteros le nombraron Capitán General y le ratificarían el título de "El Libertador" que desde entonces quedó unido a su nombre.

A partir de entonces Bolívar se concentró en organizar el Estado y dirigir la guerra en lo que parecía ya su etapa final. La actividad administrativa desarrollada por Bolívar adquirió grandes dimensiones y organizó el régimen militar mediante regulaciones, mantuvo el Consulado y creó un nuevo sistema fiscal, un nuevo mecanismo de administración de justicia, modificó el gobierno municipal y ofreció la nacionalidad a cuantos extranjeros quisieran colaborar con la causa republicana.

Igualmente atendió los asuntos económicos mediante incentivos a la actividad agraria, las exportaciones y la búsqueda de mano de obra calificada.

Fue entonces cuando apareció en escena la figura de un Capitán de milicias español llamado José Tomás Boves, famoso por su valentía y crueldad, que a principios de 1814, inició operaciones militares en La Puerta con tropas autóctonas de la región de Los Llanos venezolanos, autorizadas al saqueo y al pillaje.

Las fuerzas de Bolívar se fueron debilitando a medida que entraban en combate con Bóves y sus llaneros debido a la falta de recursos materiales y de tropas de relevo para cubrir las bajas sufridas ante un enemigo que se demostró implacable y que no dudaba en ejecutar a todos los prisioneros para no tener que mantenerlos.

Ante el aumento de la violencia del conflicto y la falta de medios para combatir a Bóves y sus llaneros, Bolívar decidió retirarse con las fuerzas que le quedaban hacia el Oriente venezolano el 7 de julio de 1814 y unir fuerzas con Santiago Mariño en un esfuerzo común para detener a Bóves.

La retirada estratégica de Bolívar produjo como resultado un éxodo masivo de personas desde Caracas hacia Oriente en el que murieron muchas personas que intentaron seguir en su retirada a las fuerzas republicanas por temor a las sanguinarias represalias de Bóves.

Debido al acoso que las fuerzas de Boves practicaban con los refugiados caraqueños en persecución, Bolívar decidió hacerles frente en Aragua de Barcelona el 17 de agosto de 1814 en un intento de retrasar el avance realista y lograr salvar al mayor número posible de refugiados. Tras ser derrotado, Bolívar logró llegar a Cumaná el 25 de agosto de 1814 y unirse a Mariño.

Pero ya para entonces la Segunda República de Venezuela estaba herida de muerte, los realistas irían consolidando su dominio por todo el país a los largo de 1814 y sólo el Oriente venezolano junto a la isla de Margarita permanecieron en manos republicanas. Sin embargo, el bando republicano se encontraba entonces dividido en facciones lideradas por diversos caudillos que dominaban porciones de territorio y rivalizaban entre sí, desde entonces sería muy difícil para Bolívar coordinar acciones por estos motivos.

Esta situación unida a la conducta del corsario Giovanni Bianchi, que intentaba aprovechar la situación en su beneficio, desencadenaron una serie de acontecimientos que hicieron que Bolívar saliera con Mariño desde Carúpano hacia Cartagena.


En Jamaica


Tras los acontecimientos de Carúpano, Bolívar llegó a Cartagena a finales de 1814 para obtener de nuevo ayuda de la Nueva Granada, que en esos momentos se encontraba también en una situación difícil que le impidió desarrollar nuevos proyectos.

Estas circunstancias y el apoyo que le daba el Gobierno neogranadino hicieron que fuera reconocido como jefe por todos los venezolanos que se encontraban en Nueva Granada, el 19 de septiembre de 1814 Bolivar se encuentra con Camilo Torres Tenorio quien preside el Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada y admitiendo los argumentos de Bolívar y ante la derrota sufrida por el General Antonio Nariño en la campaña del sur en julio de 1814, encarga a Bolívar de la conducción de la guerra. El 10 de diciembre Bolívar toma a Santa Fe y obliga así a que Cundinamarca reconozca como autoridad al Congreso de las Provincias Unidas.

Ante la imposibilidad de desarrollar algún proyecto decidió abandonar su cargo en la Nueva Granada y partir hacia Jamaica en el buque La Decouverte, llegando a la isla el 14 de mayo de 1815 y los pocos meses de estar allí escribió con fecha del 6 de septiembre de 1815 una carta un destinatario anónimo conocida como la Carta de Jamaica, un documento que tiene múltiples significados por su forma, contenido y características materiales como texto de reflexión y análisis.

En dicho documento describe en general la situación de América considerándola como un todo unitario y empieza a exponer el proyecto ya preconcebido antes por Francisco de Miranda de crear una gran confederación americana con el nombre de Colombia como una realidad a alcanzar por las nacientes repúblicas que sería en adelante la base de su proyecto político.

Sin embargo, la situación de Bolívar en la isla llegó a ser muy tensa ya que se encontraba allí con escasos medios económicos por lo que se vio obligado a pasar estrecheces y llegó a sufrir un intento de asesinato del que salió ileso gracias a que por no poder pagar la pensión donde vivía se vio obligado a mudarse el mismo día del atentado.

Ante la neutralidad del Gobierno británico, que no quería comprometerse a darle un apoyo abierto, y la posibilidad de que los españoles estuvieran intentando asesinarle, Bolívar consideró necesario trasladarse a otro país más seguro donde pudiera organizarse una expedición.


En Haití


En aquella época Haití se había convertido en una república independiente de Francia que daba asilo y respaldaba las causas republicanas en el continente americano. Por ello Bolívar consideró que Haití era el lugar adecuado para organizar una expedición militar hacia Venezuela con la ayuda del presidente de ese país, el general Alexandre Petion.

El 19 de diciembre de 1815, Bolívar salió de Jamaica para Haití de una manera que él mismo describió como precipitada y llegó al puerto de Les Cayes el 24 del mismo mes. Cuando Bolívar salió de Jamaica ya tenía resueltos los aspectos fundamentales de la campaña que tenía en mente y cuyos aspectos requerían un análisis cuidadoso ya que implicaban conseguir respaldo político, ayuda financiera y colaboración técnica, naval y militar.

Allí con la ayuda encubierta del Gobierno haitiano y del experimentado Almirante Luis Brión, Bolívar logró organizar una expedición marítima conocida como la Expedición de los Cayos que salió el 23 de marzo de 1816 con rumbo a la isla de Margarita, desde donde empezaría de nuevo sus operaciones militares.


Bolívar y la Gran Colombia


Después del fracaso de la Segunda República de Venezuela y su corta permanencia en Nueva Granada como comandante militar, Bolívar se vio obligado a reflexionar sobre la causa de los fracasos previos, la situación internacional y la forma de lograr la independencia de forma duradera.

Sus reflexiones le llevaron a la conclusión de que para alcanzar la independencia definitiva se debía derrotar totalmente a los españoles para impedir que realizaran acciones de reconquista pero esto no sería suficiente, los esfuerzos descoordinados y dispersos de los caudillos regionales a lo largo de América debían ser unificados bajo un mandato único y como garantía de una independencia permanente se debía crear una república grande y fuerte para poder desafiar las pretensiones de cualquier potencia imperial.

La idea de crear una nación semejante hizo que Bolívar tuviera un objetivo político mucho más amplio y esto en definitiva le movió a actuar de una manera diferente a las anteriores.


Colombia como proyecto político


Ya en la isla de Jamaica, Bolívar había expuesto la idea de Colombia como un país que debía hacerse realidad. Concluyó que para convertir Colombia en una nación viable y creíble hacía falta crear un gobierno centralizado capaz de coordinar las acciones necesarias para resguardar las fronteras y aglutinar a los distintos pueblos de la América Hispana como garantía de la independencia.

Aunque el proyecto de Colombia como nación lo idealizó en realidad Francisco de Miranda durante sus acciones precursoras, fue Bolívar quien tuvo el mérito de rescatar este proyecto del baúl de los recuerdos de sus primeros contactos con El Precursor en Londres y de llevarlo a cabo contra viento y marea hasta su muerte.

Para garantizar la libertad de Colombia consideraba vital conseguir cuanto antes el control sobre Venezuela para impedir que los españoles la utilizaran como puesto de avanzada en tierra firme para sus campañas de reconquista por lo que decidió emprender esta tarea como algo prioritario.

Así desembarcó en la isla de Margarita a mediados de 1816 decidido a lograr desde el principio el reconocimiento de su liderazgo y después de obtener un éxito inicial con el líder local Juan Bautista Arismendi preparó la campaña para liberar el continente.

A medida que pasaba el tiempo Bolívar tuvo que lidiar con personajes que habían ganado su generalato a través de la acción pero que por el tipo de guerra que se hacía en ese momento acabaron aceptando la Jefatura Suprema de Bolívar como un mal necesario para poder derrotar a los españoles hasta que a la larga su liderazgo fue indiscutido.

La consolidación del liderazgo supremo facilitó el control del Oriente venezolano y la instalación de Bolívar en Angostura, que trajo consigo el inevitable y largo enfrentamiento con las fuerzas expedicionarias del general español Pablo Morillo y la organización de los mecanismos elementales para que el Gobierno pudiese funcionar.

Para entonces el Ejército español ya se encontraba muy desgastado después de la larga campaña de reconquista realizada a lo largo de América y aunque el general Morillo era un comandante militar muy capaz que intentó por todos los medios paliar la situación no pudo evitar que sus tropas iniciaran un lento pero inevitable declive debido a la falta de recursos y de refuerzos para cubrir las bajas que sufrían.

Ya en 1818, la situación del Ejército español en Venezuela se hizo insostenible y Morillo se vio obligado a retirar algunas de sus fuerzas de la Nueva Granada para intentar contener a Bolívar. Para entonces la situación política y militar era lo bastante buena como para pensar en la organización de un Estado y así fue como se instaló hacia el año 1819 el Supremo Congreso de la República en Angostura.


Campaña libertadora en la Nueva Granada


A partir del año 1818 la situación se decantó definitivamente a favor de los patriotas y desde entonces prácticamente su avance por el continente se hizo imparable y, lo que permitió que Bolívar, desde Venezuela y Francisco de Paula Santander, desde Nueva Granada empezaran a coordinar acciones conjuntas desde sus áreas de influencia que fomentaran una unidad militar.

Para entonces existía en Nueva Granada un importante foco de resistencia revolucionaria contra las tropas de Morillo en los llanos de Casanare, zona contigua a los llanos de Apure y del Arauca, donde algunos de los revolucionarios neogranadinos más comprometidos se retiraron para resistir la violencia de la Contrarrevolución del comandante militar Sámano como baluarte patriota al mando de Santander, a quien Bolívar ascendió al grado de Brigadier y lo nombró Comandante militar de la División de vanguardia.

Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada.

Junto con los preparativos militares también se realizaban acciones políticas importantes. El 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos buques británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntarios que fue conocido como la Legión Británica para apoyar a Bolívar y el 15 de febrero de 1819, el Libertador reunió el Congreso de Angostura, acontecimiento en el que pronunció una de sus mejores composiciones políticas, el Discurso de Angostura, en el que hacía un análisis crítico de la situación, exponía el rumbo a seguir para fundar la república y anunciaba el proyecto de la Constitución de Cúcuta que fue promulgada en el Congreso de Cúcuta en 1821.

El resultado de este Congreso fue el nacimiento oficial de la República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, mediante la promulgación de la Ley Fundamental de Colombia y cuya extensión abarcó en ese momento los territorios de la Nueva Granada y Venezuela que se dividen políticamente en tres departamentos: Cundinamarca (Bogotá), Venezuela (Caracas) y Quito (Quito).

También el Congreso, proclamó en diciembre de 1821 a Bolívar Presidente de la República y a Francisco de Paula Santander[4] como Vicepresidente de forma que «las Repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de República de Colombia».

Mientras tanto, Bolívar seguía preparando la invasión militar de Nueva Granada tratando de mantener los detalles de la campaña en secreto por lo que su duración, características, fecha de inicio y alcance eran datos desconocidos, lo cual contribuía a aumentar el factor sorpresa y la imprevisibilidad del ataque.

Morillo estaba al corriente de la llegada de la Legión Británica a Angostura bajo el mando de James Rooke e intuyó que el siguiente paso lógico de Bolívar sería unir fuerzas con José Antonio Páez, destacado líder rebelde de Los Llanos, por lo que tras analizar la situación decidió atacar el principal reducto rebelde neogranadino en Casanare con tropas al mando del coronel José María Barreiro que fueron hostigadas constantemente por las tropas del General Santander mediante tácticas de guerrilla que fueron desgastando a las fuerzas de la Tercera División española.

La llegada de la época de lluvias hizo los caminos intransitables y las operaciones militares difíciles por lo que los españoles decidieron replegarse ante la lógica de que el enemigo haría lo mismo.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos hacían presentir lo peor al General Morillo ya que su Ejército expedicionario, exhausto y sin recibír refuerzos desde hacia mucho tiempo, estaba combatiendo contra fuerzas militares eficaces de las que se desconocía su capacidad real.
Es entonces cuando Bolívar realizó una de sus hazañas militares más destacadas, el Paso de los Andes, que realizó en una estación poco propicia y que se consideraba imposible con los medios de la época. El difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del Páramo de Pisba, hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas, en la cual la tropa realista finalmente huyó, situación que le permitió a los patriotas llegar a la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.

Allí se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el mando de Santander en la población de Tame (actualmente ubicada en el departamento de Arauca), en donde comienza la campaña libertadora de la Nueva Granada.

El ataque de Bolívar logró sorprender a los españoles que, ante el desastre, intentaron tomar medidas. Barreiro todavía pensaba que podía controlar la situación pero el estado de sus tropas le obligaba estar a la defensiva por lo que decidió replegarse hacia la ciudad de Bogotá donde las condiciones le serían mucho más favorables.

El enfrentamiento decisivo con los realistas se produjo en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, por medio de la cual se pretendía detener el avance de las tropas leales comandadas por Barreiro hacia la ciudad de Bogotá y que resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército revolucionario.

Cuando el virrey Sámano quien conocía como los demás realistas el decreto de guerra a muerte, se enteró de la derrota, huyó inmediatamente de Bogotá y de esta forma, el ejército libertador entró triunfante a la capital el día 10 de agosto.


Batalla de Boyacá.



Paso del ejército del Libertador por el Páramo de Pisba

Campañas finales


Durante los próximos años la oposición realista fue completamente eliminada. El 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo, campo cercano a la ciudad de Valencia, se obtuvo una victoria decisiva sobre el ejército español que fue completada con la batalla naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823 y se liberó definitivamente Venezuela.

Durante su permanencia en Bogotá, se dieron otros procesos libertarios como el de Guayaquil el 9 de octubre de 1820 que se llevó a cabo sin la participación de Bolívar, lo cual incidió para que posteriormente el Libertador optará por ocupar aquella provincia que se había declarado independiente bajo la presidencia de José Joaquín de Olmedo. Recién dos años después Simón Bolívar llega a Guayaquil con su ejercito, destituye a la Junta de Gobierno y la anexa a la Gran Colombia.

Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar con su ejército y cruzar los Andes y liberar definitivamente Perú que ya había declarado su independencia el 28 de julio de 1821 luego del desembarco del general José de San Martín en Paracas y la toma de Lima el 12 de julio.
El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con San Martín en Guayaquil para discutir la estrategia de liberación del resto de Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó para la lucha contra los últimos reductos españoles en Sudamérica, en la sierra y el Alto Perú. En 1823 Bolívar fue autorizado por el Congreso de la Gran Colombia para tomar el mando y en septiembre llegó a Lima cuyo gobierno le pedia que dirigiera la guerra y se reunió con Sucre para planificar el ataque. El Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de 1824, y a partir de entonces logró controlar las intrigas de la nueva república.

El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el ejército español en la Batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el vado guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico "Victoria de Junín. Canto a Bolívar", verdadera obra maestra de la poesía ecuatoriana y latinoamericana. En ella, no sólo se describe la batalla, sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la América Libre del yugo español.

El 9 de diciembre de 1824 Sucre destrozó el último baluarte del Ejército español en la Batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español en Sudamérica.



Batalla de Ayacucho.



Bolívar dirigiendo la Batalla de Carabobo junto a su estado mayor.


Bolívar como estratega


Militarmente, las guerras de independencia dirigidas por Bolívar no implicaron a un número importante de efectivos ya que en total el Ejército expedicionario español nunca sobrepasó los 35000 efectivos y Bolívar en todo caso consiguió reunir la décima parte.

Sin embargo ante las consecuencias de los acontecimientos bélicos ocurridos es importante destacar que Bolívar no era un militar profesional en el sentido literal de la palabra, y mucho menos un teórico de la Estrategia. Su formación militar fue básica y su instrucción teórica no pasó los límites de las nociones de disciplina y jerarquía, su paso por las formaciones militares coloniales de Venezuela fue breve y se ha comprobado que nunca estuvo en L'École de Sorèze ni en ningún otro instituto militar de ninguna clase.

Sin embargo, la forma en que desarrolló sus diversas campañas militares y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren que sus éxitos no pudieron deberse a casualidades afortunadas poseía conocimientos de estrategia militar más avanzados de los que debía tener por su formación.

Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que Bolívar utilizaba los fundamentos de la Planificación y Estrategia para elaborar sus operaciones y en determinadas acciones demostró tener conocimientos de clásicos del arte de la guerra aplicando tácticas como la del orden oblicuo del rey Federico II de Prusia, formaciones romanas descritas por Tito Livio, puso en práctica los principios militares de Maquiavelo, era consciente de la importancia de la economía de fuerza, hacía análisis del terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la Logística.

Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó la Historia de Polibio y la Guerra de las Galias de Julio César pero además existen indicios suficientes para creer que manejó los textos militares de Mauricio de Sajonia y del Conde de Guibert. Sin embargo, se sabe casi con seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta 1824, ni los estudios sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas militares.

Todo esto da como resultado un balance militar favorable a Bolívar ya que, a pesar de una supuesta escasa formación militar puesta en entredicho, ha demostrado ser un auténtico líder que dio la talla como estratega dotado de audacia e imaginación.


Bolívar el político


El 6 de agosto de 1825 Sucre creó el Congreso del Alto Perú en el cual creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. La Constitución de 1826, aunque nunca fue usada, fue escrita por Bolívar mismo. También en 1826 Bolívar convocó al Congreso de Panamá, la primera conferencia hemisférica.

Cuando iba camino de Venezuela, llamado por el estallido de la sublevación de la Cosiata, que había tenido lugar el 30 de abril de 1826, en Perú le nombraron presidente vitalicio el 30 de noviembre de ese año, pero el Libertador no acepto. Siendo nombrado Presidente de Perú el general Andrés de Santa Cruz el 28 de enero de 1827.

Pero a partir de 1827 debido a rivalidades personales entre los generales de la revolución, explotaron conflictos políticos que terminaron por destruir las perspectivas de una unión sudamericana por la cual Bolívar había luchado.

Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en la Cosiata y el 1 de enero de 1827 sostuvo en el cargo de jefe superior civil y militar a Páez. Reformó los estatutos de la Universidad de Caracas (actual Universidad Central de Venezuela) y se dirigió a Santa fe de Bogotá el 5 de julio siguiente para convocar una convención que debía crear una nueva constitución y el restablecimiento de la concordia nacional después de las batallas contra los españoles y las discordias entre los partidos. Bolívar no regresó nunca a Venezuela.

La convención se reunió en Ocaña el 9 de abril de 1828, desde el comienzo de la reunión, los asistentes se dividieron en tres fracciones: la primera estaba dirigida por el general, Francisco de Paula Santander Vicepresidente de la Gran Colombia que defendía una concepción federalista del gobierno; la segunda, capitaneada por el propio Simón Bolívar, abogaba por un gobierno fuerte dictatorial; y, por último, una tercera, la de los independientes, en la cual militaban Joaquín Mosquera y los indefinidos. La Convención fracasó porque ninguna de las propuestas para una nueva constitución fue aceptada; por esa razón, los seguidores de Bolívar resolvieron ausentarse de Ocaña el 10 de junio de 1828 y la reunión se quedó sin el quórum reglamentario.

Creyendo que mediante su acción podría imponer el orden y mantener la unión de la Gran Colombia, Bolívar se declara a sí mismo dictador el 27 de agosto de 1828, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura y queda abolida la Vicepresidencia de la República.

El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un atentado contra su vida, conocido como la Conspiración Septembrina, de la cual resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz, quiteña que recibió en 1821 la orden de "Caballeresa del Sol" del general José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por él: "La Libertadora del Libertador". Bajo la ventana de la residencia de Bolívar, frente al actual Teatro Colón, por donde realizó su escape, fue puesta una placa con la siguiente inscripción:
"SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM / SI VACAS MIRATORUS VIAM SALUTIS
QUA SESE LIBERAVIT / PATER SALVATORE PATRIAE / SIMON BOLÍVAR / IN NEFANDA NOCTE SEPTEMBRINA
AN MDCCCXXVIII"
"DETÉNTE, ESPECTADOR, UN MOMENTO / Y MÍRA EL LUGAR POR DONDE SE SALVÓ / EL PADRE Y
LIBERTADOR DE LA PATRIA / SIMÓN BOLÍVAR / EN LA NEFANDA NOCHE SEPTEMBRINA
1828"


Bolívar inicialmente intentó perdonar a los que fueron considerados como conspiradores, miembros de la facción "santanderista". Eventualmente se decidió someterlos a la justicia marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad. El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con Bolívar, partió al exilio.

Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido, acorralado por disputas fraccionales y sufriendo de tuberculosis. La revueltas continuaron. Perú se declaró en contra de Bolívar y su Presidente José de La Mar invadió Guayaquil mas fue vencido por Antonio José de Sucre en la batalla de Tarqui el 27 de febrero de 1829. Venezuela se proclamó independiente el 13 de enero de 1830]] José Antonio Páez ocupó la presidencia de ese país desterrando a Bolívar.

Bolívar dimitió de la presidencia el 20 de enero de 1830 en el congreso admirable pero esta no fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830 concediéndole una pensión de 3.000 pesos anuales.

Sólo y desengañado, Bolívar emprende en un viaje destinado hacia Jamaica y Europa pero su enfermedad se lo impidió, y hubo de acogerse a la amistad y protección de un español, don Joaquín de Mier y Benítez, que lo invitó a quedarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de la ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena.


Ultimos días


Bolívar llegó a Santa Marta el 6 de diciembre de 1830 tras una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá y a pesar del buen clima y las atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su Última proclama, donde un Bolívar gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera la consolidación de la unión y la desaparición de los partidos.

Finalmente El Libertador Simón Bolívar fallece el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años de edad. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el comunicado oficial. Los despojos mortales del Libertador recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral Basílica de Santa Marta, y en ese sagrado recinto moraron apaciblemente, hasta diciembre de 1842, cuando fueron trasladados a su país de origen Venezuela, cumpliéndose así el mandato de su Testamento.

Poco después de su fallecimiento, la Gran Colombia, que estaba en degeneración debido a las disputas políticas internas que fragmentaron el orden constitucional, fue reconocida legalmente como disuelta en 1831 con el establecimiento de las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander (al regresar del exilio), el venezolano José Antonio Páez y de Juan José Flores en Ecuador, respectivamente.

Sus despojos fueron inhumados en la cripta de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, santuario de mucha advocación de la familia Bolívar, que guardan las cenizas de sus padres. Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el definitivo traslado al Panteón Nacional, cuando la República de Venezuela resolvió construir ese el más alto altar a la Patria objeto de la veneración nacional.


Entrada al Panteón Nacional de Venezuela donde reposan los restos de Bolívar, Caracas-Venezuela.

El culto a Bolívar

En general, Bolívar tuvo que compaginar en muchas ocasiones las obligaciones políticas con las militares por lo que muchas veces se ven entremezcladas entre sí. Sin embargo, la trascendencia de sus ideales políticos ha desembocado en un culto al personaje, vigente en muchas naciones latinoamericanas que se consideran herederas de su obra.

Su obra política ha sido analizada principalmente a través de la copiosa correspondencia, informes y discursos que realizó a lo largo de su vida. Así, el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica y el Discurso de Angostura están consideradas sus principales exposiciones políticas.

La gran cantidad de bibliografía bolivariana contrasta con la monotonía interpretativa y la infiltración de anécdotas que han servido para estructurar el culto bolivariano. El romanticismo literario tuvo mucho que ver con este proceso de idealización realizado por escritores que no eran historiadores y que crearon al principio la corriente de culto a Bolívar.

La presencia de este fenómeno de culto ha tenido como consecuencia la aparición de diversas actitudes basadas en la aceptación de la vigencia de su legado y el uso del culto bolivariano y sus variantes ha adquirido la condición de motor de la sociedad para alcanzar un objetivo.


1 comentarios:

  1. Lucas Blanco A dijo...:

    DESPIERTA LATINOAMÉRICA Y DESENMASCARA A TUS VERDADEROS INVASORES.
    La disuasión del Establishment Mundial o la mafia que rige las altas esferas de la derecha e izquierda (Mafia X), es tan persuasiva, que nunca deja dudas o lugar para titubeos, para aquellos que le obedecen. Actualmente esto se demuestra, en la fecha de la “toma de posesión de Hollanta Humala”, en la presidencia del Perú, que sería el próximo 28 de julio; ese mismo día, es el cumpleaños del presidente de Venezuela; y el regalo que le tiene preparado el Establishment Mundial o la Mafia X, es al Perú mismo. Les invito a leer la 2ª Carta a Venezuela en www.lucasblancoacosta.com

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